ROSALES un candidato a la medida

Manuel Rosales puede erigirse en un candidato a la medida que abarque todas las expectativas de la disidencia, si logra despejar las dudas que se ciernen en torno a él; imponiéndose a un CNE tramposo obligándole a cumplir con la Ley del Sufragio. Manuel arrancó con buen pie, cuenta con el apoyo de una cantidad importante de venezolanos y goza del visto bueno de la disidencia más radical que, espera su avance y respuesta a las exigencias del país. Hasta ahora se ha mostrado como el candidato de lo concreto frente al disperso y engañifas de Chávez, de continuar así, estará por buen rumbo, descubriendo una a una las tantas mentiras de Chávez y de su indeseable régimen. Él es el candidato de los adecos, de los copeyanos, masistas, nini y no es mal visto por el chavismo Light, en sumatoria su candidatura es buena y no está atada a ninguna rémora del pasado. Pertenece a la nueva generación pragmática que quiere un gerente, un buen administrador frente a un "grandilocuente" charlatán. Posee la ventaja de conseguirse a un Chávez extenuado, alentando una campaña fastidiosa y manoseada en contra del imperialismo yanqui, cuestión oída hasta la saciedad sin que produzca ninguna reacción favorable, viendo como no se aparta de su principal socio y goza de los gordos beneficios que le provee el intercambio comercial con USA. Chávez no romperá relaciones comerciales con EUA durante su campaña, y de hacerlo, le sucedería lo mismo que a Barreto con las expropiaciones a los campos de golf. Así que, sus amenazas no serán contundentes ni producirán el efecto esperado entre sus adeptos, contrariamente los venezolanos reconocen y respetan las relaciones con el mundo civilizado, destacándose en este ámbito el vínculo con los americanos.

Rosales encuentra un panorama virgen para planificar su campaña, con un Chávez desguarnecido por todos lados, responsable del régimen más corrupto en la historia de Venezuela, siendo el presidente más dispendioso en inversiones improductivas, en un país donde la inseguridad atropella y matan a un ciudadano a cada hora. Reclamarle cuentas a Chávez por su actuación en los ocho años como mandatario es una excelente coyuntura. Condenado forzosamente a una arrolladora inflación con la subida de precios de los alimentos; no habrá controles que los sujeten, tema notorio y de origen estructural. En vísperas a diciembre por razones estacionales los bienes se encarecerán más, el dinero no alcanzará, los repartos de "becas" y comidas a través del plan Negra Matea serán insuficientes, las promesas redundarán pero los reales no se verán.

El compromiso esencial de Rosales estará en convencer a la disidencia de que es un "candidato todo terreno" y así coronarse como el postulante unitario, fundándose en el conductor del pueblo venezolano, echando el resto como antes no lo hizo ninguno otro seudo líder de la "oposición". Él con su Nuevo Tiempo podrá ser la pulsión y resurgir de la disidencia, movilizando a la desmovilizada masa y encauzando sus demandas. Igualmente será el conductor de la gente que quiere salir a la calle, esperando la señal el día de las elecciones para elegir y mantenerse en los centros de votación hasta que se cuenten todos los votos. No hay otra manera de combatir a un CNE predeterminado a favorecer al oficialismo. Cumpliendo Rosales con su compromiso de cobrar al contado, será el candidato a la medida y conductor, que poco le gusta a José Vicente Rangel, porque aglutinará a todos los sectores políticos sin ser un fruto del pasado, teniendo el peor contrincante, ya rayado durante ocho años como presidente de la República. Comprometido en restituir con pleno valor la democracia, podrá Rosales ir sumando uno a uno los votos de los venezolanos decepcionados por distintas razones. Su parco lenguaje no deja de ser contundente para convencer, sin necesidad de recurrir a ampulosas exposiciones. Enfrentará él al antagonista más desbaratado, al cual podrá vencer para beneplácito de la patria.

Francisco Alarcón
Diario 2001

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