Venezuela, territorio libre de América

Para quienes vemos como un calco de Cuba lo que ocurre en Venezuela, nos extraña que el Presidente Chávez no haya asumido la expresión “Territorio libre de América”. Cuando tanto le gusta parecerse en su sueño vano a la “revolución cubana”. Pronto van llegando las cosas que nos distaban de ese régimen, al comienzo a cuenta gotas, pero ahora los anuncios son a diario, asimilando todas las “comodidades” de allá y librándonos de todos los “prejuicios” de aquí.
Cualquier tarde de estas en una de las cadenas anunciaran que, combatirán, verbigracia el latifundio, y a la empresa privada con fusilamientos, nada nos parece insólito a los venezolanos, siendo atroz que no reaccionemos ante la ignominia y todo discurra dentro la mayor normalidad, como si hubiésemos nacido para ser esclavos.

El país se desvanece, lo expolian, pisotean nuestras buenas costumbres, nos prohíben celebrar diciembre como siempre lo hicimos, entre anuncios desagradables y quiebras de bancos, y nos mantenemos impertérritos; hay bobera en la población, cuando antes no nos gustaban las imposiciones en democracia protestábamos, hoy con lenidad aceptamos lo que nos imponen.
Venezuela seguramente para el Presidente Chávez debe ser el segundo “territorio libre de América” y se le ha pasado por alto imitarlo. Ya nos ha “liberado” de muchas cosas como el analfabetismo, nos ha erigido en un paraíso económico que no se ha materializado por culpa del imperio. Pero su “revolución” avanza derrumbado todos los muros de la convivencia y de la infraestructura física del país. No hay dinero para construir nada ni una obra, pero si lo hay para devastar lo que considere pertinente el régimen. La degradación es gratis lo mismo que la inseguridad, siendo consecuentes cautivos al “proceso revolucionario,” aceptando cuantas patadas nos den por el trasero, nos preparamos a ser víctimas indefensas, sin esperanza alguna y sin decir ¡alto!

Debe estarse aproximando la hora de tomar medidas severas, digo yo, contra quienes delinquen contra la cosa pública, la propiedad privada y contra quienes defraudan al Presidente de la República con su mala gestión administrativa. La revolución no se puede parar, debe continuar sin cortapisas como lo hizo el Che Guevara en Cuba, o van presos de por vida o se recurre a los procedimientos del Che en la prisión de la Cabaña que son más asépticos y económicos; como las cremaciones de los cadáveres que hoy en día hasta San Francisco de Asís las acepta. Es cuestión de la vida rutinaria y quizá combinada con un poco de maltusianismo. Al presidente Chávez le llegó el momento, quiéralo o no de poner las cosas en orden dentro y fuera de su casa o nación. Aquí deben rendir cuentas todos. Esas riquezas fortuitas no se corresponden con una “revolución”, todavía hay mucho boato en la calles, muchos relojes de marca y ropas exclusivas, esto no es mamadera de gallos, esto es sacrificio y el Presidente tendrá que comenzar por él. Acabando la inseguridad que esta diezmando nuestra población sin respetar los mismo fueros oficialistas. Hay que demostrar que no se es un malhechor; o someterlo.

El venezolano en tiempos de “revolución” pareciera aceptar todos estos preceptos, cualquier tema que se le ocurra a Hugo Chávez debe ser recibido con “conformismo” y en algunas oportunidades con “satisfacción” Entonces él, quien en este tiempo es todopoderoso, será el único que podrá remediar los graves problemas de esta gran nación que dejó de ser rica, ¿por culpa de? Bueno, eso no viene al caso ahorita, lo inmediato es salvarla. La solución se ve muy distante para quienes no pertenecemos a los sectores del “proceso”, no hay indicadores serios, se administra con criterios mezquinos sin que los venezolanos comunes nos podamos enterar con certidumbre de donde emergen tantos ricos y ladrones.

Antes el trabajo enaltecía a los hombres de bien y los premiaba en algunas oportunidades con amplias fortunas, hoy las cosas cambiaron se recompensa a los bandidos. Venezuela para que se convierta en territorio libre de América primero tendrá que superar numerosos escollos, de lo contrario seguiremos hundidos en la servidumbre.

Francisco Alarcón
Diario 2001, The Americano, Noticiero digital entre otros.

Comunismo burgués

Hasta hace muy poco, los teóricos y académicos venezolanos se devanaban los sesos para buscarle los rasgos socialistas al llamado por Hugo Chávez “socialismo del siglo XXI”.

Encontrándose que en Venezuela no hay lucha de clases ni nada que se parezca a una reivindicación social, paradójicamente el régimen se enrumbó hacia una autocracia personalista, copiando la parafernalia cubana. Y también paradójicamente de ese comunismo partió una nueva burguesía más grosera que la anterior, que despiadadamente y con el apoyo oficialista ha despojado a los antiguos dueños de sus bienes sin haberles pagado de manera justa, o de forma alguna sus propiedades. Utilizando prácticas comunistas como las expropiaciones o estatizaciones, donde se niega la propiedad privada y se crea una nueva propiedad “colectiva” trasladada a los afectos al régimen. Así, nació en Venezuela una autocracia que quieren venderle al mundo como socialista o comunista, o como quieran llamarla; ladrona, incapaz y ruinosa. En evidente contraste con la economía de puertos que, el gobierno pone en práctica para poder medio abastecer los rubros alimenticios y otras mercaderías, si no la población ya se hubiese muerto de hambre. Esa burla al pueblo venezolano, trató de justificarse con un declarado e imaginario llamado “socialismo del siglo XXI”. Aquí sucumbió cualquier postulado socialista y la pobreza y explotación es mayor en este momento sin ninguna atención a la clase obrera y campesinos. Se combate la pobreza con más pobreza, se confunde el trabajo productivo con la economía informal y la destrucción total del país es inminente.

La decadencia es asaz conocida como forma de “construir” del régimen, se derrumba la nación y vamos de mal en peor y esos son los cambios reales en la Venezuela contemporánea. Independientemente que los precios petroleros se recuperen, esos ingresos van a dar a muy pocas manos, las de quienes se apropiaron de todas las riquezas de este país en tiempo récord, igual como la miseria y acracia crece en los sectores populares y medios.
Ese fue el paraíso soñado por alguien fuera de sus cabales, sin que parezca la gente percatarse de la gravedad del asunto. Todavía algunos abrigan esperanzas de una salida pasmosa para recuperar a Venezuela, y los aires son otros, y cada vez somos menos dueños de ella y somos más esclavos y subordinados a la “estrategia” de Fidel Castro, quien en sus adentros debe seguir pensado en un enfrentamiento de Latinoamérica contra el “Imperio.” y para ello, se reserva a Venezuela y la lanza en una serie de provocaciones en contra de Colombia en desmedro de ambos pueblos. El viejo no quiere marcharse de este mundo sin ver una confrontación seria, como estuvo a punto de ocurrir en el año 1962.

Pero las cosas han cambiado, Cuba hoy es un basurero ideológico, amparado con el petróleo venezolano y nuestra nación va por el mismo camino con el “comunismo burgués,” chupador de dólares para crear inmensas fortunas personales. He allí, lo que quiso vendérsele al orbe como de esencia socialista y resultó lo antónimo. Un régimen iconoclasta lleno de arcaísmos y de fotos del Che Guevara que no sabe resolver sus propios problemas.
Quienes avizoraron esta incompatibilidad a tiempo fueron los hondureños, no permitiéndole a Manuel Zelaya que repitiera allá los vicios de aquí. La mayor derrota que ha recibido el “líder” del “socialismo de siglo XXI” se la infligió Micheletti, extensiva a Insulza y su maltrecha OEA, al adefesio del ALBA y a sus propios protagonistas, ¡Qué mal quedó ante el mundo!

El “comunismo burgués” destruirá a Venezuela y quizá se explaye a Bolivia, pero los demás países que lo acompañaron, comienzan a despertar como es el caso de Nicaragua que para repetir Daniel Ortega tendrá que recurrir a fullerías. El resto de los acólitos se encuentran en alerta, aprovechándose de los últimos dólares y artilugios a disposición de los zánganos. Fidel Castro seguirá intermitentemente mandando órdenes a nuestros vernáculos camaradas para ver si cristaliza su sueño “áureo”, un duelo contra el “Imperio” viéndole desde su trono burgués en el “paraíso comunista de Cuba”.

Francisco Alarcón
2001, The Americano, Noticiero digital, entre otros.

Conozca todo sobre las FARC

En el nuevo libro de Américo Martín, “La violencia en Colombia”, hallarán un perfil completo de lo que son las FARC, sus orígenes, contenido ideológico, su insurgencia contra qué y quiénes; en contraste con lo que actualmente constituyen estas catervas irregulares que el presidente de Hugo Chávez quiere reconocer como grupos beligerantes. Leyendo este texto podrá sacar sus propias conclusiones y aprender de dónde y por qué después de más cuarenta años de existencia, se iniciaron ellas.

Las FARC se fundan en el año 1966 durante la Presidencia de Guillermo León Valencia con un planteamiento ideológico de lucha de clases, pero antes hubo variados antecedentes donde nos topamos con la muerte de Jorge Eliécer Gaitán. Todo está en este libro escrito con rasgos didácticos. Precisamente en momentos que las relaciones entre Venezuela y Colombia se encuentran tirantes y el Gobierno de Hugo Chávez es el primer seductor de un encontronazo.

Américo Martín conocido en sus andanzas como político y hombre de izquierda, se ha dedicado a escribir desde hace algún tiempo sobre los orígenes del autoritarismo, atraído y estudioso de este fenómeno, en la primera entrega de esa serie plasmó con calidad encumbrada “América y Fidel”. Posee una erudición natural para abarcar los temas, y sabe llegarle igual al lector más exigente como al recopilador de hechos históricos per se.

Sus ensayos y crónicas son de admirable hechura que, bien se corresponden con su honestidad intelectual. No es simplemente hablar sobre determinado contenido, sino hacerlo con propiedad como lo hace el autor de “La violencia en Colombia” —Individuo de profundas inquietudes y conocedor del ámbito internacional como para interpretarlo en sus monografías. Américo no se quedó en sus vivencias de los años sesenta, cuando siendo un dirigente político formó parte de los grupos estudiantiles de izquierda que, preconizaron y enarbolaron las guerrillas en Venezuela. Desde aquel entonces su revisión sobre este fenómeno quedó claro, cuando se desanuda del planteamiento y asume posiciones críticas, regresando a la idea democrática como justa forma de gobernar. Pero sus mundologías son valiosísimas para la descripción de los movimientos insurgentes, observándoles al presente como quien pudo estar dentro de ellos, o como debe ser en un estado de derecho, donde existen leyes que van más allá de lo que podríamos llamar metafóricamente un “derecho natural”
¿Son las FARC de ahora una rebelión de contenido ideológico o son las llamadas narcoguerrillas las que predominan en flagrancia con el narcotráfico en Colombia? Leyendo el libro de Américo se enterará de cosas que no estaban al alcance del lector frecuente, desenterrando lo que se deja en el camino elucida la visión vigente; capítulo a capítulo, tras un riguroso análisis, revela el autor qué son las FARC en la actualidad.

Encontrándonos en la primera parte: la travesía liberal, la travesía conservadora, la guerra de los mil días; el dictador necesario: un debate ilustrativo, los años de la violencia, donde tropezaremos con el Bogotazo en un relato amplio y sustancioso, revelando pasajes particulares. La segunda parte va al desenlace, y a todos los exhortos que se han implementado para alcanzar la paz en Colombia durante los gobiernos de Belisario Betancur, Virgilio Barco, César Gaviria, Andrés Pastrana hasta llegar a Álvaro Uribe. Continúa con el paramilitarismo, armas y drogas, para converger en la conclusión: ¿Paz en Colombia? ¿Está la violencia en su momento final? Sellando un estudio completo sobre la violencia en Colombia, bruñido con la pluma de Américo Martín en materia que conoce y ha investigado.

Siempre he pensado que Américo cuando se aplica en estudios históricos como éste, y aborda los temas de la crítica literaria lo hace de manera admirable, quizá, abstrayéndose de sus otras actividades; siendo como un redescubrir de este autor venezolano, quien logra llegar a la cima con su narrativa, hecha más para la literatura y la investigación que para otros avatares.

En buen tiempo sale este libro para develar tantos arcanos sobre el mundo de las FARC. Lo recomiendo.

Francisco Alarcón

publicado en 2001, The americano, Noticiero Digital y otras páginas digitales de latinoamérica

Miedo a la devaluación

Por qué será que el Gobierno le tiene tanto miedo a una devaluación ajustada a la realidad del país y la sola palabra los espanta, cuando en la práctica son muchas las que han consumado a través de otros mecánicos como la conversión monetaria, habiendo envilecido nuestro signo monetario. Pensaron que de esta manera la gente se acostumbraría a nombrar cifras elevadas como exiguas, y al mismo tiempo poderosas con el adjetivo de “fuerte”. Así devaluaron y pretendieron controlar la inflación. Pero hay realidades inevitables, actualmente apreciamos que fue una burda maniobra y que esos bolívares “fuertes” valen muchísimo menos que los de antes. No les funcionó la conversión monetaria ni pudieron frenar la inflación. Venezuela es un pozo séptico desde que comenzó esta “revolución” y los plazos para reconstruirla serán históricos. Igual pasa con la economía, la única manera para que haya crecimiento será vigorizando a la empresa privada. Pero este régimen no sabe construir sino destruir y su “mayéutica” revolucionaria los conduce al fracaso, cuando desmontan las bases de la economía y atentan contra la propiedad privada.

Difícilmente podrán recomponer algo y lo poco que lograrán será con una pesada deuda pública para tratar de palear los malos servicios gubernamentales, escasez de agua, desestabilización de la electricidad, falta de mantenimiento de las carreteras y vías, entre otras. Chávez no se prepara para arreglar el país que el mismo arruinó, sino para comenzar una nueva campaña electoral, y para ello necesita de fondos para continuar pagándoles las obvenciones a sus misioneros y reservistas. La estimación de 40$ el barril de petróleo, como base de cálculo del presupuesto de 2010, no es una medida conservadora ni de austeridad para utilizar el diferencial en inversiones productivas o en ahorro, sino para costear la nueva empresa electoral que se avecina con las elecciones parlamentarias. Ya lo veremos diciendo que hubo un superávit en los precios del petróleo y que hay reservas excedentarias, y las traspasará a los bancos del Estado para utilizarlas discrecionalmente. Es la misma historia del pasado con la diferencia de que actualmente está empeñando el país, y rematando sus activos. Viendo que lo más importante es su continuación en el poder. El anuncio de las medidas económicas fue un timo al público, a las instituciones y al resto del mundo, después de advertirlas, no describieron nada y se rieron de la gente.

Qué medidas alcanzarían tomar si ya todos los subterfugios los han utilizado y lo primero que aclaran es que no devaluarán ni subirán la gasolina. Es el miedo a que la gente se percate de la verdad. Sin embargo, tuvieron que aceptar lo que dijo el Fondo Monetario Internacional, que este país sería el retrogrado de Latinoamérica y que no habría crecimiento. Ni siquiera el 0.5% que nuestro Presidente había anunciado, ahora la realidad le señala que será ninguno el crecimiento de la economía. Y de la inflación no hay mucho que hablar, observando la calle miramos como crece a diario, acompañada con la escasez de los productos básicos. Son días conflictivos los que se avizoran y ojalá por bienestar de la población, el gobierno logre mantener el suministro de alimentos, agua y electricidad, además de las medicinas.

Otro de los tantos puntos oscuros de este “proceso” es su empeño en traer cubanos para solucionar la parafernalia médica, y de no ocuparse en mantener las instituciones establecidas sino dejarlas en el abandono. Entonces que más devaluación podemos esperar en un país donde todo está devaluado, comenzando con el signo monetario. Que nos ayude el Señor y debemos encomendarnos a él con devoción, porque las medidas del régimen nunca darán resultados. Y ver a los ministros de la economía haciendo anuncios que no lo son, constituye una parodia para el pueblo venezolano, mil veces burlado, y queriendo achacarle las causas de nuestros males a la crisis económica mundial, cuando aquí se le regaló a Evo Morales, a Daniel Ortega a Cristina Kirchner, a Correa y a Lula lo que hoy tanto nos hace falta. Compostura señores que al pueblo se respeta.

Francisco Alarcón

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También en el The Americano, Noticiero Digital y Venezuela analítica

Venezuela sin béisbol profesional?

Me parece complicado que este año haya béisbol profesional en Venezuela, inclusive podría ser el comienzo de los “puros criollos” para después “emular” a los cubanos, acabando definitivamente con las franquicias comerciales y con el béisbol profesional. También será difícil para los países de la cuenca del Caribe celebrar su acostumbrada serie final por razones crematísticas. Entonces estaríamos sin béisbol profesional los venezolanos y sin Serie del Caribe el resto de los países vecinos. El atractivo en este deporte siempre estuvo signado por los importados, fundamentalmente los norteamericanos entre otros.

De grata recordación en el pasado fueron las “estrellas negras” dirigidas por Felton Snow e integradas por un a pléyade de peloteros de color que luego se convirtieron en las grandes luminarias de béisbol organizado, igual vinieron cubanos, dominicanos y otros de muy fácil recordación para nuestra afición. Pero hoy en día este deporte es otra cosa y de fabulosas inversiones, con inflexibles comerciables determinados por las grandes ligas americanas. Los venezolanos fuimos consecuentes fanáticos “pitiyanquis” de los equipos del Norte, haciendo una continuidad de nuestros campeonatos con los de allá. Muchos caraqueños partidarios del Caracas también se alineaban con los Yankees de nueva York. Era costumbre de los jóvenes decorar sus cuartos con banderines de las divisas norteamericanas.

En nuestro medio los gringos echaron raíces y fueron la chispa de los equipos criollos, a pesar de que Venezuela haya anchado su cuota de peloteros en béisbol organizado, ellos siguen siendo el complemento indispensable para que los fanáticos se muevan a los stádium. El puro criollismo fue en algunas oportunidades arrogado por equipos sin grandes lauros comerciales y de elevada evocación todavía con los héroes del 41, cuando ganaron la Serie Mundial en La Habana, Cuba (sin revolución). Mil veces me contó episodios del evento mi recordado amigo fallecido, Chucho Ramos, exaltando los valores vernáculos sin apartar en ningún momento que el gran béisbol lo fue siempre el de las Grandes Ligas, donde ese compatriota fuera el segundo en ingresar con el Cincinnati Reds. Debutando frente a los lanzamientos de Max Lanier y logrando batear de 4/3. Así son los venezolanos cuando quieren prosperar.

El béisbol nuestro sin la participación de norteamericanos pierde un 50% de su atractivo, y si este año atravesamos una dura coyuntura económica y no hay los dólares suficientes para pagarle a los importados, ello coincidiría con la muerte de los valores primordiales de esta sociedad. También pudiera ocurrir que los importados norteamericanos no quisieran asistir a nuestra justa, viendo los improperios diarios lanzados contra esa nación por parte de nuestro “amable” presidente. La otra cuestión es la inseguridad que rinde más muertos que una guerra convencional, sería para ellos como viajar a Saigón en tiempos de Vietnam. Estas dos cosas podrían inhibir a nuestros apreciados peloteros norteamericanos a venir a un país a jugar pelota para regresar ateridos en una caja de madera.

Bueno, muy pronto sabremos qué ocurrirá con nuestro pasatiempo preferido y si Chávez se lanza por el puro criollismo exaltando las banderas del “nacionalismo”, y de la “autodeterminación” de los pueblos. Lo cierto es que una a una destruye las distracciones de los venezolanos, ya le tocó a las carreras de caballo y ahora le atañerá al béisbol. Veremos quiénes y cuántos están dispuestos a sacrificar su esparcimiento sin poder ver una final entre Caracas y Magallanes. De ser así, ésta será una prueba importante para conocer hasta dónde soporta el pueblo las conculcaciones de sus libertades, sin necesidad de consultar ninguna encuesta, ni de realizar el oficialismo una contramarcha contra los peloteros importados. Éste sería un conflicto de la realidad más pura, donde se conjugarían los enojos de los habitantes sin distingos políticos, étnicos, ni religiosos.

Resultará tentador saber cómo piensan los venezolanos “pitiyanquis” y “comunistas” en torno al entretenimiento de las mayorías, y advertiremos además si Chávez conserva sus devaneos pitiyanquis.

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Turismo presidencial

Cada vez que Chávez ve disminuidos sus apegos populares, se dedica a viajar con los dineros de todos los venezolanos, sin ningún protocolo e inmediatamente arranca una gira internacional. Insólitamente improvisada y se marcha con un permiso pro témpore de la complaciente Asamblea Nacional, sin justificar el objeto de la ruta turística, como si se tratara de un viaje de solaz. Con estas seudogiras busca tranquilizar los descontentos internos de su tambaleante “revolución”, para que crean no está ocurriendo nada en Venezuela. ¡Todo bajo control! Acude a sus amigos de igual ralea donde seguramente hallará los “refuerzos positivos” para continuar martirizando a los venezolanos. Ésa es su escuela, lo que le “provee” la vida, disponiendo de un avión ajeno y de los emolumentos de la nación venezolana. Llega al encuentro con sus camaradas, los reconocidos opresores aposentados en largos mandatos y cuestionados por el mundo civilizado. Esas visitas particulares que en nada benefician a Venezuela ni a los venezolanos, yéndose a las lejanas tierras de Libia para felicitar al terrorista Muammar Kadafi, o celebrar en Argelia con Buterflica los 40 años de mando, extendiendo su periplo entre descarriados autócratas; en Siria, para ver a Bashar Al Assad una dictadura “heredada”, a Irán donde se acaba de reelegir con las mayores sombra de ilegalidad Ahmadineyad, en plena efervescencia la resistencia opositora de Mousavi. Alcanzando a Bielorrusia, con cambios en el camino decidiendo ir a otros lugares de glorificadas aberraciones, y haciendo su toque técnico en La Habana para rendirle cuentas a Fidel Castro.

Qué sabroso viajar de esta manera con los dineros de todos los venezolanos y acompañado de una ampulosa comitiva. Estas huidas siempre fueron tomadas por el pueblo venezolano como el mayor derroche y de innecesaria realización sin que reportaran signos tangibles para el país.

Pero es la forma como nuestro Teniente Coronel “reta” a los gringos, es el eterno juego pueril, pretendiendo mostrar su calidad de líder mundial. Cuéstele lo que le cueste a las finanzas nacionales, no hay recato en los gastos en estas “giras”, en momentos que Venezuela se encuentra más oprimida y la coyuntura económica se hace más aguda para la gente necesitada. Es la forma de burlarse de un pueblo y hacer ver que se encuentra parado con grandes fuerzas en Miraflores. Así lo creen sus seguidores, quienes se encargan en su ausencia de prepararle las contramarchas a cualquier manifestación de la disidencia, y los cultores de las persecuciones penalizando las libertades.

La “estrategia” de siempre, me voy porque el país me ama, todo está en calma. El gasto público vía créditos adicionales se incrementa, más dinero en la calle, jugándose la subida de los precios del petróleo, prolongando el dispendio interno para alimentar a la boliburguesía criolla. El panorama está claro y ojalá nuestros compatriotas sepan captarlo no para beneficio personal, la nación está en ruinas a pesar de las pretendidas muestras de que “aquí no pasa nada”. Con desapariciones y despilfarros no se sostiene una nación. Hasta cuando los viajes innecesarios que nos apartan del universo culto y de las economías desarrolladas.
Hundiéndonos en el tremedal de la ignorancia y viendo como norte a la desvencija “revolución” cubana, como un paradigma, cuando las fechorías las siguen cometiendo igual que antes y no pareciera avistarse ningún avance para una apertura democrática en la ínsula.

Viajes afrentosos, viajes de yérrateles. El Teniente Coronel ya no llena los tendidos en ninguna parte del mundo que, creyó tener rendido, todo se le redujo como hoy se le abrevia su influencia en Latinoamérica. La situación de Venezuela es un hecho juzgado en el exterior, estando al corriente de las arbitrariedades que se comenten a diario. Queremos de nuevo ser una Patria libre, disfrutar de una democracia y no estar vinculados con las dictaduras decadentes del orbe. Somos y fuimos una expresión republicana y aspiramos seguirlo siendo; no sintiéndonos representados en estos viajes por quien los disfruta como apetencias personales.

Francisco Alarcón

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Calle para que no nos callen

Parece inevitable que la gente permanezca en las calles, siendo las protestas genuinas manifestaciones democráticas en contra de los yerros y arbitrariedades cometidos por el gobierno de Chávez.

Por aquí y por allá seguirán las críticas, sin motivos casi políticos sino reivindicativos y libertarios. Las realidades que incomodan a la ciudadanía no obedecen a una sola causa, sino a muchas y con peculiaridades disímiles. Si aumentan el gasto publico tal como anuncia el ministro de Finanzas, es posible que corran la arruga momentáneamente, pero no cesará con ello la ruina del país ni la de sus habitantes.

La debacle es total con variadas aristas y la represión con castigo de las protestas no contendrán el descontento, contrariamente lo multiplicarán y consolidarán en una resistencia contra las ilegalidades. La sociedad civil rebasó a la “dirigencia política”, son ahora ellos sus propios conductores en cada lugar y acto, con particularidades diferentes, pero por motivos comunes. Poco a poco se irán juntando, organizándose como debió ser desde el principio para crear un gran movimiento popular. Se empieza a verle el queso a la tostada en esta materia, el venezolano toma conciencia de lo que se le viene encima, comunismo que no queremos, ni entendemos. La mayoría es la mayoría y será determinante para que la justicia se aplique. Ir contra ella sería un disparate sin que haya ejército ni milicia que la detenga, eso lo saben sus propios diletantes y por tanto, el miedo del régimen es palmario y desesperado, ensayando penalizar hasta las manifestaciones pacíficas del más puro talante democrático.

El oficialismo perdió su público, sin que haya algo novedoso por ofrecer, ya probaron muchas veces en estos once años de fracasos. Piensan, entonces que lo oportuno sería callar a los opositores a como dé lugar. Tal es la ocurrencia de la fiscal, y de los exaltados cultivadores del fanatismo empeñados en escarmentar a esa disidencia.

Saltamos el punto de inflexión, comenzando el derrumbe del gran “imperio de los bárbaros”, empezará un nuevo camino por la reconstrucción del país, con todos los ciudadanos, con todos los que se equivocaron aupando una revolución invisible, con quienes por desesperación también se ataron al “proceso”; creyendo sería este Gobierno el que terminaría con los viejos vicios y clientelismo. Hoy somos presa de lo peor, sin nadie que garantice la gerencia del Estado con probidad, viendo cómo se hace de la mentira una supremacía de lo irreal. Después de haber trabajado como hormigas algunos oficialistas honesto se percatan que la verdad es otra, tratando de imponerles un comunismo con fines personales y de incontables corrupciones.

No hay misión social que se sostenga en el tiempo como razón de existencia o como ayuda a los desposeídos, fueron propósitos temporales para elevar los robos y desigualadamente, fueron muy pocos los beneficiados.
Venezuela es destrucción y descuido, y si piensan aumentar el gasto público con mayores deudas, sin estimular la inversión productiva, harán aún más incontenible la inflación, sin resolverle ningún problema al prójimo.

Seguramente “relucirán” algunos oropeles y la ruta hacia la decadencia igual que en Cuba proseguirá. Esa “meditabunda” Cuba que recurre a los bueyes para arar sus tierras como en el siglo XIX. La Cuba que también acalla las protestas y las castiga limitando todas las expresiones que ya tocan las puertas de Internet, cuando no permiten las conexiones con servidores del extranjero, adiós a sus blogueros. Ya los borrarán del ciberespacio por reproducir la verdad sobre sus desgracias.

Venezuela todavía tiene tiempo de salvarse si la gente sabe hacerlo, sorteando los peligros del opresor sin abandonar las calles, así se estará logrando que, no nos callen y abatan. Será imperativo el sacrificio, haciéndose la libertad más próxima aunque los avances sean centímetro a centímetro. La distancia siempre será más corta a la que nos planteamos en épocas pasadas, las batallas serán perdurables cuando la disidencia organizada decida actuar con racionalidad y decisión.

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Con la soga al cuello

Vivir con la soga al cuello se ha hecho costumbre para los venezolanos, bajo amenazas constantes que laceran a la Venezuela prospera y decente; nos somete “un caudillo por desgracia de Dios”. Diarias son las intimidaciones penalizando hasta la libertad de existir. Pareciera no ser suficiente con una “stagflatio” inducida por el mismo oficialismo, cuando arrasan los erarios públicos, destruyen la industria privada y rompen los nexos con nuestros tradicionales socios comerciales. Por ello, desaparecen los productos de primera necesidad en los expendios y otros aumentan sus precios en descomunal subida. Además de aprobar la Asamblea Nacional una ley de educación inconstitucional, que barrerá con los cimientos de una educación libre, destruirán con engaños la propiedad privada y usarán cuanto despropósito se le ocurra a quien demolió la democracia “democráticamente”, en confabulación con esos entes públicos que traicionaron al pueblo.

¿Será posible continuar viviendo bajo esta situación de presiones incansables y advirtiendo la inminente ruina del país, materializándose un comunismo tipo Cuba? Esa es la gran pregunta, si estamos dispuestos a seguir aceptando las imposiciones del caudillo “sin aviso ni protesto”.

Todo es penado menos la delincuencia e inseguridad que campea rauda a lo largo del territorio, mientras las posibilidades de protestar y de manifestar democráticamente son prohibidas o limitadas, cayéndole encima “todo el peso de la Ley” y los desbarros de los malandros afectos al régimen.

Casi una tragedia ocurre durante la última manifestación opositora, cuando la policía y la Guardia Nacional arremetieron contra ciudadanos indefensos. Bombas y más bombas tóxicas, perdigones para que luego un oficial hazmerreír, saliera a expresar su alegría arengando a la tropa causante de la agresión. ¡Rodilla en tierra! como Farriar en Carabobo fue lo que se le ocurrió decir; había librado una batalla contra el pueblo venezolano, había derrotado con vesania al “enemigo”, a quienes queremos devolverle la libertad a este país. Seguramente será condecorado por los esperpentos del régimen. El ministro de Interior también hizo gala de una labia burlesca al mismo estilo chavista para condenar la violencia de una oposición desarmada, pero henchida de valor que lucha por su supervivencia. Son estas las oscuras expresiones de un régimen que, pareciera estar en sus estertores, presintiendo lo que podrá ocurrir cuando ese pueblo arrecho exija justicia ante tantos desafueros.

Entretanto esto acontece, los ciudadanos seguimos torturados con las cadenas oficialistas y las pretendidas imposiciones de acabar con una educación libre y de terminar con la propiedad privada. Basta de atropellos es lo que se escucha en la calle, el descontento crece más, cuando más hablan los chocarreros comunistas. Vendrán las anunciadas medidas económicas que apretarán más los cinturones a quienes no les alcanzan ya los sueldos ni para comer. Desempleo, miseria y más pobres, mientras la boliburguesia cada vez está más rica y a ellos no pareciera hasta ahora afectarles en nada la coyuntura económica. Una Venezuela donde todo se mueve a punta de billetes y corrupción, y de donde paradójicamente emerge una nueva oligarquía desde las mismas filas de los camaradas. Las medidas económicas afectarán a los ciudadanos decentes, quienes pagan sus impuestos y son sometidos por los órganos recaudadores. La ley escorará hacia una sola porción de la población, para los demás la impunidad seguirá rampante. Son los martirios del chavismo, la incertidumbre que acogota a la gente y no les permite avanzar, viendo con desconsuelo como se esfuma la Patria noble. Con la soga al cuello esperando lo peor ¿llegará o no llegará el comunismo?, nos quitarán de una vez a nuestros hijos y propiedades, morirá la libertad? Esas son las interrogaciones que deberán hacerse los compatriotas de todas las tendencias políticas, antes de que nos ahorque la soga que nos echó al cuello una minoría satánica. Queremos el regreso a la Venezuela hermanada, no más odios ni rigores impuestos con deslealtad.

Francisco Alarcón
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RECULA el régimen, o nos reculan de Francisco Alarcón

Cuestión nada mala para los venezolanos, ojalá lo hagan y alcancemos las normas mínimas de convivencia. Pronto se darán cuenta que el cierre de las fronteras con Colombia resultaría un disparate y agudizaría la crisis interna del país. Nos veríamos casi totalmente desabastecidos y sería más evidente la escasez de alimentos y manufacturas. Venezuela cada vez es más vulnerable y dependiente, a ello la llevó “la revolución”, la situación económica se enredaba aunque los jerarcas del régimen estén jugándose la casi providencial subida del petróleo. Estamos en recesión y Chávez asevera que no, somos la veleta de Latinoamérica, embarcados en absurdos proyectos como el ALBA y con los restos de incoherencias que van quedando esparcidas en el camino del “proceso”. Las mentiras afloran a diario y asimismo mueren. El proyecto marco de la Ley de Educación comunista ya tiene muchos detractores, los disfraces y omisiones no les sirvieron para engañar a los venezolanos, será en los reglamentos donde se concretarían las normativas de la “formación” cubana y el ministro se constituiría en el comisario de la “ilustración”.

El hambre y escasez serán indetenibles y Chávez lo sabe, al igual que los Castro en Cuba llamando al pueblo a mayores sacrificios y trabajos, lo cual es un sarcasmo para quienes sobrellevan una dictadura sórdida.
En lo sucesivo será una lucha cuerpo a cuerpo entre el pueblo y el régimen que, quiere imponernos un comunismo a ultranza. Se acabaron los ambages ahora el Presidente deberá demostrarle a los organismos internacionales y al mundo entero que lo suyo sigue por los caminos democráticos, y que hay en Venezuela una democracia de desempeño. Ya no le bastará a Chávez con decir que fue electo en votaciones populares, y la OEA y los otros organismos internacionales, deberán intervenir honestamente ante los desmanes y violaciones que se cometen en el país. Tendrán que mirarlo tal cual es y no como pretenden venderlo con bondades y progresos inexistentes, financiados con los esquilmes a la bonanza petrolera.

Esto no nos excluye de la gran tragedia que hemos vivido y que actualmente se agudiza con la escasez de alimentos, medicinas y productos de primera necesidad. Lo que quiere el régimen es de una vez establecer un comunismo al calco del cubano. Están cocinándose las “leyes” en la asamblea mefistofélica que siempre a medianoche es cuando aprueban las nuevas leyes, pareciera que de día la conveniencia no es posible. Todo por sorpresa como el caco que irrumpe en un hogar para robar a sus dueños; a oscura se planifica el “futuro” de la nación.

Pues, rodilla en tierra deberá estar la sociedad civil, sino la reculará la “revolución”. Hay un escenario explosivo que difícilmente podrá evadir el oficialismo, a pesar de utilizar todos los métodos para mantener atemorizada a la población; la inflación corre como caballo desbocado y no habrá quien la detenga, el deterioro de la economía seguirá aún con precios del petróleo a US$ 70. Es una coyuntura interesante y quizás beneficiosa para esta sufrida patria, podrían venir tiempos mejores si se aprovecha, si mantenemos una voluntad férrea para luchar en contra del comunismo. No hay disimulos y la suerte esta echada, o vamos directo a la cubanización o nos sacudimos del yugo opresor no permitiendo leyes que violen la idiosincrasia de los venezolanos, vulnerando lo poco que queda de democracia. Es tarea de todos devolverle la libertad a Venezuela, aunque los organismos internacionales tengan su cuota de compromiso y hasta el presente irresponsablemente no lo hayan asumido.

Si uno a uno, los ciudadanos se le plantan a las leyes que tratan de imponernos, no habrá autócrata que logre aplicarlas, ni revolución que barra los cimientos democráticos. Lamentablemente aquí no hay nada que discutir sino que no permitir. La resistencia se hace cada vez más imperativa para preservar la paz y la democracia. Bastante está deshecha Venezuela para continuar expoliándola, y prolongar la situación sería un suicidio. ¡O reculan o nos reculan! No os olvidéis.

Francisco Alarcón

http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=4082

MUERE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN

A las dictaduras no les conviene la libre expresión y el proceso de restringirla en Venezuela comenzó a concretarse con el cierre de RCTV. Hoy en día es un hecho claro, cuando la Fiscal de la República ha solicitado una ley que penalice la libertad de expresión y cuando el Ministro director de CONATEL cierra de un plumazo 34 emisoras. El caso de Globovisión es asaz conocido fuera y dentro del país, mil multas impositivas, hostigamientos en contra de sus directivos y trabajadores, nunca jamás hubo un hecho tan denigrante para la democracia. Seguramente la intención será cerrarla antes del 15 diciembre cuando pretende Chávez poner en vigencia las leyes “revolucionarias” que darán al traste con la democracia, convirtiéndonos al comunísimo.

Para esos tiempos si lo permitimos, el régimen no podrá tener ninguna tribuna que lo cuestione, el pensamiento único se habrá ajustado y las temidas leyes que acabarán con la propiedad privada y de educación entrarán en vigencia ilegalmente.

Las encuestas, el pulso en la calle es contrario a la propuesta comunista, por eso, no consigue adeptos ni entre las filas oficialista para ganarse las simpatías públicas.

Seguramente será imposible escribir como hasta ahora lo hemos hecho, habrá muerto definitivamente la libertad de expresión, y ya no nos preguntarán los amigos del exterior ¿Cómo es eso qué no hay libertad para opinar, si tu dices lo quieres en tus escritos? Así es, hasta el momento existe una dualidad que el gobierno “permite”, mientras trata de establecer las medidas punitivas contra libertad de expresión, como “garantía” a la salud emocional de los venezolanos. Ya las cosas son más evidentes, dictadura no permite disidencia, ni criterios inversos. El comunismo llegará tal como llegó en Cuba donde no hay espacios para las diatribas. Donde no hay propiedad privada sino colectiva y donde los capitales están en manos del Estado y los privilegios pertenecen a la nomenklatura de los jerarcas comunistas. Hacia ya vamos, y pronto llegaremos si no organizamos una resistencia. El venezolano ha permanecido inasible ante las pertinaces violaciones de sus libertades, tratando de apartarse de la política creyendo que de esta manera el comunismo no los alcanzará, o sencillamente aproximándose a él para enriquecerse. Es la hora de las definiciones donde no se justifica esa doble cara que se denominó la corriente nini; mas daño le hace un nini a la Venezuela democrática que un comunista confeso.

A quienes escribimos se nos acerca la hora de cesar, “por ahora” cuando no podamos apartarnos de la realidad o convertirnos en “nini” tratando temas inicuos o reculando y escribiendo sobre nuestro asunto, la poesía. Les parecería peregrino a los lectores vernos de repente cambiados con un país al borde del barranco, seria una traición a nuestros principios y a nuestros conciudadanos, como decía Bertolt Brech cuando estuvo involucrado en su lucha contra Hitler “no se debe escribir un soneto a la belleza de la naturaleza cuando el mundo se hunde a nuestro alrededor”. Será así, si llega a ocurrir lo que presentimos, si este pueblo no despierta muy pronto habrá perdido su libertad, convertidos en esclavos del comunismo al igual que lo fueron los pueblos de Europa Oriental, o lo es el cubano. Nos habrá tocado el infortunio mirando los amaneceres y crepúsculos de esta tierra escarnecida e infecunda como si nada estuviese ocurriendo. Nos habremos enterado tardíamente de que ya no somos dueños ni de nuestra familia, ni de nuestra propia conciencia porque no despertamos a tiempo, o porque preferimos preservar nuestros adeudos y compartir las francachelas con el régimen. Así va agonizando el país sin que casi nadie se conduela de él. Buscado un mástil cercano para tratar de salvarse en soledad, como si ello fuera posible. Comunismo es comunismo, para el empresario o para el pobre; es el mundo abstruso donde los individuos cada vez son más indigentes, mientras la nomenklatura es cada vez más rica. Allí tenemos el ejemplo de los hermanos Castro quienes se transfieren el poder y la nación a su libre arbitrio, como si fueran los dueños de Cuba.

Francisco Alarcón

Los enemigos del "proceso"

Ya sin ningún recato nos advierten que no lograremos trabajar en las empresas del Estado quienes no comulguemos con el oficialismo y seremos considerados enemigos. Se apoderaron de todo y ahora nos excluyen, es la mafia que dejó de ser “revolucionaria”, que se olvidó del “proceso” y sus derivaciones y cada vez se cierra más al común de los venezolanos, viéndonos como un estorbo para sus fines “recónditos”. La propiedad privada, las empresas existen solamente para ellos, el resto de la población es sometida al acoso con rígidos umbrales comunistas de los cubanos. Somos unos fugitivos en nuestro país, nos hallamos arrinconados por exigir el derecho al trabajo y a otras reivindicaciones sociales. Se acabaron las contrataciones colectivas, los obreros no “deberán” protestar y cuando lo hagan serán sometidos violentamente.
El polvorín está esperando quien le prenda la mecha, una chispita puede terminar en un relumbrón. Hay policías y sapos por todas partes y mil maneras de someternos por vías administrativas o por vías de hecho. La justicia está parcializada y como dicen controlada por mafias; los otros poderes están subordinados a las decisiones del jefe y también están cerrados a cualquier desacuerdo. En diez años Venezuela dejó de ser lo que era un nirvana democrático, donde se dirimían las cosas en libertad, hoy somos un feudo habitado por eunucos. Para tener un carro o una casa es necesario formar parte de esa “cosa nostra” que se acopló al poder, apartándose de cualquier proyecto revolucionario que pudo haber seducido al principio a los incautos. Revolución es un término noble, de conquistas y libertad, no hubo revoluciones para esclavizar al hombre sino las comunistas como la “revolución cubana” que, levantó tantas adhesiones en sus comienzos y hoy es una aberración histórica. Sin embargo, se empeñan en homologar a Fidel Castro con Bolívar, argumento absurdo y patético, confundir libertadores con cancerberos. Antinomia indudable para quien esté en su sano juicio.

Las listas excluyentes y los apartheid disimulados pasaron de moda cuando empezaron a fallar los recursos, así fueron reduciendo las asignaciones para el “pueblo”. Barrio Adentro está en rutas de extinción y las Misiones van por el mismo rumbo. Quienes obtienen fortunas con dineros mal habidos son los negociantes afines al oficialismo, a ellos los protegen las leyes oblicuas de la república y seguramente estarán exentos del pago de impuestos, y sus propiedades garantizadas; de otra manera no existiría ese mundo paralelo de riquezas fortuitas y de boliburgueses “revolucionarios”.

La Venezuela decente quedó para los pendejos, para quienes se quejan desde el desván de sus casas cursando sus intervenciones on line. La realidad es otra en la calle, la de las trasmisiones oficiales, tan alienantes como las drogas o el alcohol, cargadas de mentiras y malas intenciones. El cerco cada vez será mayor, aunque los grupos oficialistas son más reducidos, el entorno ruidoso y populachero va desapareciendo paulatinamente, mientras se aferran las enquistadas roscas al poder. Allí siempre habrá para mantener a sus afiliados y protegerse entre ellos. Cuando Pérez Jiménez o Gómez había que conspirar para que aventaran a alguien a las cárceles del régimen, si no lo hacías, podías vivir cómodamente “hasta con las puertas de la casa abiertas”. La seguridad era total aunque no existiera seguridad jurídica, trabajo había de sobra, pero no había libertad de expresión para un pueblo tan zahorí como el nuestro. Cuestión suficiente para acabar con esa dictadura. Hoy las cosas son peores que antes, sin tirar una piedra somos clasificados de enemigos del gobierno, sin derecho al trabajo ni derecho a nada, esa es una palabra proscrista para cualquier ciudadano honorable. Aquí las cosas se zanjan como en la mafia, apoderándose de los territorios y distribuyéndoles entre su gente de confianza, el resto de la población que se muera de hambre y para el tropel no hay “cosa nuestra” sino “cosa nostra” que los atemoriza y vapulea al olvido, como si fueran nadie. ¡Ah cretina “revolución” la que nos tocó, que no nos permite ni comer!

Francisco Alarcón
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Colapsará o no colapsará?

Cuando un gobierno se aparta de la realidad y trata de imponer ficciones, corre el riesgo de colapsar. Si sumamos a esto la recesión económica y desempleo es posible que finalmente todas las cosas ocurran juntas y colapse. El gobierno de Chávez se encargó de fraccionar a la sociedad con posiciones casi irreconciliables, las monsergas en contra de los “oligarcas” calaron en los sectores de más bajos ingresos y al mismo tiempo hicieron efecto en la disidencia, quienes viendo las agresiones físicas y verbales a lo largo de diez años se radicalizó. Es complicada la situación aunque se perciba una aparente calma y el desenvolvimiento del país se mire como “normal”. Los gobiernos que no dialogan se aíslan y así lo hizo el oficialismo, puras inquinas lanzó al ruedo político tratando de ganar simpatías, pero la gente se cansó dentro y fuera del chavismo. Tampoco existen figuras arbitrantes que en un momento determinado puedan mediar en un problema.

En el aspecto económico se agudizará en el próximo semestre el desempleo, se incrementará la economía informal e inflación, componente explosivo, acompañado con el derrumbe del insostenible gasto público. Ya el “proceso” no tiene a quién achacarles las culpas ni podrá escapar de una crisis económica que tiene un componente real y endógeno. ¿Qué hará el oficialismo en adelante, seguir mintiendo y llenándose de deudas?, o habrá una salida milagrosa para que no se precipite la quiebra del Estado. Aceptará la gente trabajadora y emprendedora —que todavía los hay— las imposiciones de un comunismo, cediendo todos sus derechos, sus propiedades y renunciando a su libertad económica. Eso estará por verse, hasta ahora las cosas se han manejado como han venido viniendo, pero ciertamente la fuerza productiva de la nación mayoritariamente sigue descansado en la industria privada, y ésta continúa siendo la gran generadora de empleos. La lucha entre estos dos géneros es incompatible y pareciera que el venezolano hasta el presente no lo ha asumido con la debida seriedad. Las cuentas nacionales volverán a acusar de manera severa la indiscutible realidad económica, palmariamente se acabarán ciertas alegorías, y el cinismo oficial dejará de funcionar. El proceso político se hará más complejo cuando se traten de aplicar las nuevas leyes que va aprobando la Asamblea Nacional. Todo estará al descubierto sin diálogo a la vista, sólo incomprensiones y con un panorama internacional que conoce las verdaderas intenciones de Chávez que van más allá de las ayudas compasivas. A la vista están los hondureños quienes se adelantaron a los embrollos que planteaba Zelaya con una redundada constituyente, y que a nosotros nos agarró desprevenidos. En Honduras están tratando de andarle rápido a Zelaya, antes de que los conduzca por los mismos derroteros que Chávez a nosotros. El otro ejemplo sería Irán ya metidos de lleno en una dictadura con sus bemoles de teocracia, después de votar y denunciar el fraude la oposición se bate en las calles para recuperar sus libertades, ciertamente de allí nacerá una resistencia para devolverle a ese pueblo un sistema de gobierno justo. Son las dos alternativas claras de cómo anular el error que cometieron los venezolanos, cuando democráticamente votaron por el antidemocrático candidato que ya lleva diez años en funciones de gobierno, embaucando a la gente sin que se vislumbre ninguna salida, a menos que provenga de un colapso producto de su misma incapacidad.

Ese colapso puede llegar con una aguda crisis económica y social, tras muchas promesas incumplidas y arbitrarias procedencias en contra de los disidentes. Las cosas pudieran coincidir conjugándose con la recesión económica mundial y con las displicencias del caudillo hacia la población. Este escenario se avizora desde hace mucho tiempo pero no ha sucedido, actualmente la coyuntura es distinta porque no todo depende del oficialismo, sino igualmente de la disidencia y eso es precisamente lo que no comprende el “líder” de la revolución, y el colapso o no colapso dependerá de él, más que de la propia disidencia, cual no da trazas de estar arreglada para una resistencia.

Francisco Alarcón

http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=3938

¿Qué sabrán los boliburgueses?

Cuando veo la proliferación de negocios como las compras de empresas aseguradoras, bancos y otras cosas por parte de afectos al gobierno, me pregunto ¿qué sabrán ellos que no se yo? Será que estamos en la etapa última de la “revolución”; auge y caída, y pronto estaremos enrumbados hacia una sociedad capitalista donde emergerán estos nuevos magnates, dando al traste con el “proceso”, vía que sirvió para que muchos limpios obtuvieran excesivas riquezas? Serán estos los oligarcas del futuro que aprovecharon los diez años de la fiesta petrolera?

Es extraño cuando miramos la enorme contradicción entre las nuevas “leyes” que aprobarán en la Asamblea Nacional y el mundo capitalista que bordea la “revolución”. ¿Será que la gente no lee los periódicos y el Internet está circunscrito a un grupito de “fanáticos” que intercambian sus descontentos y reveses?

Los “cursos de verano” que actualmente dicta Chávez a sus más humildes servidores desde el teatro Teresa Carreño, estimulan la pobreza y la honestidad enmarcados en el más ortodoxo comunismo, cuando advertimos en su entorno florecer esa boliguersía que, sin recatos compite con el Estado en la compra de bancos, medios de comunicación y compañías de seguros. A quiénes les prestarían sus servicios en una sociedad comunista, hacia donde van dirigidas sus pretensiones, cuando se supone que la atención medica y hospitalaria debería ser gratuita? Extrañamente se plantea una antinomia con el Estado, observando el crecimiento monopólico de los nuevos burgueses, asumiendo la cartera bancaria. ¿Será que la “revolución” estólida no lo percibe? ¿o será qué los nuevos capitalistas saben algo que el común de los venezolanos desconocemos… Para cuándo?
La otra pregunta estará sobre los cambios en la “Ley de Educación” que hasta hablar de patria potestad será prohibido, y como muchas otras cosas que ocurren en este país su sola enunciación será penalizada. Seguramente las reformas vendrán en tiempos de vacaciones y de asueto. Para toparnos con ellas al comienzo de las clases; así ocurren las cosas con contrasentido vigente y violatorias de cualquier normativa normal.

La lucha será entre boliburgueses y los revolucionarios de “corazón”; los grupos “revolucionarios” que llenan las graderías cada vez que su jefe habla, en cercanos instantes rechazarán el aburguesamiento de sus camaradas.

Si se impone la línea comunista en el PSUV, los boliburgueses no tendrán a quienes venderles sus servicios y pólizas, ni sus bancos hallarán con quienes transar, se estrellarán con en el mundo real que planifica la Asamblea Nacional con la aprobación de leyes de implícitos comunistas. El oficialismo se juega la posibilidad que el petróleo suba de nuevo a precios milagrosos, capaces de salvar cualquier brecha económica, signada por una recesión y por el aumento de la deuda pública. Todos queremos que los precios del petróleo suban pero no para que se enriquezcan minorías elegidas por la “revolución”. Llegará el momento de exigencias, el poder económico será definitivo y quien tenga más, valdrá más. Si los comisionistas del “proceso” son los poderosos, Chávez tendrá que plantarse en duelo contra ellos, pues su comunismo no irá hasta tanto ellos no desaparezcan.

Volver a la democracia implicaría presentar cuentas de esas riquezas fortuitas. Mantenerse en el campo “revolucionario” significaría la devolución voluntaria de sus bienes, cuando la parafernalia del gobierno es la centralización con entes únicos. ¿Dónde reunirían tantos boatos y caballos de pura sangre si “revolución” es sacrificio y austeridad? ¿Para qué tantos seguros si la población debería ser beneficiada con servicios públicos gratuitos? Por eso me pregunto, como tantos venezolanos, qué será lo que los boliburgueses saben y que los demás no sabemos…

Todos los ciudadanos tienen el mismo derecho a la supervivencia y si aquí conviven boliburgueses con gente muy pobre en las filas oficialistas, de igual manera debe suceder con todos los ciudadanos. De otra forma esto implosionará cuando entren en conflictos las partes que hoy se disputan la dirección de la “revolución”.

Francisco Alarcón

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La "revolución" sigue desarmada

Esta “revolución” mostrenca sostén de Chávez está desarmada de viga moral, de cualidades e ideas. Rebasó sus diez años como mismo llegó, sin nada que aportar y sin nada que mostrar. Puros empellones, atropellos a la democracia, desesperada por implantar un régimen comunista. Seguimos siendo el himen de Cuba, todavía no se ha establecido la “dignidad” revolucionaria como en la isla, porque no la hay. Tienen todos los recursos a su disposición, pero el material humano no está dispuesto a sacrificar sus conquistas de esta década, obtenidas en despilfarros inconmensurables para ofrendarlos en aras del “proceso”. Poco ha cambiado el pensamiento del venezolano de la cuarta república, igual sigue, escoltando a Chávez en sus veleidades comunistas. Arrollando desde el Teresa Carreño o en marchas y contramarchas para derrotar a su enemiga invisible la “oligarquía”. Que no se halla desde los tiempos coloniales, la oligarquía contemporánea es la que hoy le acompaña, y la misma que siempre estuvo presente en cualquier otro gobierno democrático. En este país no cambian ni siquiera los rostros, simplemente se modifican los colores de los atavíos.

He pensado que será difícil para Chávez consolidar su modelo réplica del cubano, a pesar de no contar con una resistencia organizada y de mirar a los “bastiones” de la oposición como muertos, aunque los hayamos apoyado con el voto y muy posiblemente lo volvamos a hacer, hasta que por fin surja algo claro que constituya un movimiento emancipador de la casi monarquía oficialista, escarpada en los monumentos del marxismo y más corrupta que todos los corruptos precedentes.

Esa “revolución” mil veces esbozada por Chávez sin conseguirle un significado y profusamente armada según sus propios criterios, frente a un país rendido que no piensa más que en su propio beneficio y peculio. Esperando les tiren algo, o de lograr un contacto que los encumbre a la cima de la riqueza, aunque haya que sacrificar lo que no debe sacrificarse.

Por eso se burla el “líder revolucionario” levantado bajo esas “doctrinas”, y conociendo muy bien el mundo rastrero, nuestro o vuestro. El país movido por el billete, de donde parten sus noblezas y sus miserias. Nada más enaltecedor que los billetes, vengan de donde vengan. He allí, la dificultad para consolidar la cubanización en Venezuela, pues la oposición no está en las calles cumpliendo su rol auténtico, sino en los despachos y oficinas gubernamentales y en el propio oficialismo. Son los mismos de ayer con distinto eufemismo.

Qué pasará en adelante con tantos anuncios sin que se cumplan a cabalidad, cuando los caprichos opositores y no opositores son casi iguales. Cuando la “revolución” no existe y el camino empedrado del comunismo no le sirve ni a los chavistas ni a los no chavistas. Bueno, veremos un desenlace dentro de las propias filas PSUV, mayor partido de la “revolución” y al mismo tiempo mayor partido opositor al régimen; de sus entrañas en algún momento brotará la lava que acabará con las pretensiones hegemónicas de su jefe. La gente se cansa de la inseguridad, del alto costo de la vida, de la escasez e inflación, esto es válido para todo el mundo. El comunismo es miseria y actualmente se dan cuenta sus mismos enaltecedores que, la ruina también los alcanzará.

Las protestas que a diario se suscitan en forman espontánea, mayormente provienen de allí, de las bases sociales que se identifican con Chávez, viéndole como una “deidad etérea” sin que les resuelva sus problemas. Llegando a los períodos de fracasos que ya ocurren con bastante reiteración. Por ello, estar bufando engaños o ufanándose de que la “revolución” está armada no es suficiente para la instauración del comunismo.

Faltándole las cosas primordiales que nunca tuvo el llamado proceso, arrastrado por las negaciones ideológicas y pragmáticas. Sólo se sabrá si esta paradoja comunista es viable llegado el momento de la verdad aunque sea poseedor de todas las armas de la república. Por eso, creemos que la “oposición” será la propia con sus debidas consecuencias.

Francisco Alarcón

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GLOBOVISIÓN los tiene locos

Nunca antes se vio tanta saña para cerrar un canal de televisión; cuando lo hicieron con RCTV todavía se conservaban ciertos modales democráticos, y hasta el último momento Chávez sostuvo era una medida administrativa. Se disputaba en ese tiempo “la lucha” contra una gran corporación de igual arraigo y tradición entre el público que el oficialismo, repercutiendo su cierre como un gran error para un gobierno “democrático”. Mientras que con Globovisión se vislumbran otros sentimientos, es el desafío de Goliat contra la honda de David. Hay una desproporcionada inquina del régimen contra esta estación que los mantiene “locos” sin lograr por vías lícitas y justificables su clausura. Han buscado entre los meandros para concluir en una multa multimillonaria. Es posible que la cierren, es posible que para cuando salga mi artículo ya esté cerrada. Pero será el mayor yerro obsesivo de este “proceso”.

Globovisión ha fungido como la fáctica oposición al régimen, muchas veces, la dirección política nació de sus iniciativas, de la cobertura a los eventos de la disidencia, de sus productores. En ella convergen las acusaciones de opositores y oficialistas, hubo siempre espacios para todas las corrientes políticas. Invariablemente mantienen una línea discrepante al régimen y, esto es lo que no le perdona Chávez, que muestren la cruda realidad de Venezuela, sus vilezas, la represión, ruina y su desmayo moral.

Estoy casi seguro como muchos otros venezolanos que, llegará el instante del cierre de Globovisión, no hay otra “solución” para un gobierno que no permite la disidencia, será el paso decisivo para actuar a plena impunidad, ocultándole al mundo las oquedades de la Patria. Será la consolidación del autoritarismo, impuesto mediante la intimidación, el silencio se cernirá sobre el país y pasaremos quizá al olvido. Después de este camino, vendrán las mayores conculcaciones a la libertad de expresión, se dirigirán a las individualidades, a los medios de comunicación escritos. Tratarán de borrar cuanto vestigio de cultura existió. Tratarán de consolidar el comunismo, seremos otro “emporio” donde sólo prevalecerá una sola voz, la del oficialismo a través de únicos voceros como en Cuba el Granma. Será Chávez el “magnífico” portavoz y ejecutor oficial, no habrá ni huequitos para sus compañeros de “revolución”, la monotemática se adueñará de nuestra información. Seremos el segundo “país libre de América”. Formaremos parte de las entrañas cubanas abiertamente. Morirá lo poco que nos queda de libertad, a lo mejor estimulando el nacimiento de una auténtica disidencia que se resista a la acracia. Será como las épocas que Venezuela no quiso vivir con lóbregos pasajes en su historia, renacerán con mayor vehemencia lo que fueran episodios de los Monagas, Guzmán Blanco, Gómez, etc.

En silencio será más fácil ocultar el fracaso del régimen, los presos políticos permanecerán aún más en el olvido, las denuncias desaparecerán del ámbito televisivo. Probablemente igual será la disipación de otras formas de lucha democrática.

No habrá más entrevistas, se impondrá la autocensura hasta que logren controlar todo, destruyéndolo o arrollando con medidas “impositivas”. Ni una mosca podrá hacer ruido sin que termine presa. Venezuela callada, cuando sus bastiones de información estén cercenados, como RCTV y Globovisión.

Las caras jóvenes de la denuncia oportuna, no estarán a nuestro alcance, será un modo nuevo de prohibiciones, siendo Globovisión expresión de esta época, de nuestra juventud y de otros menos jóvenes; de allí parte su ímpetu en defensa de la emancipación. Eso se ocultará cerrando sus instalaciones y seguirán “locos” con sus consecuencias. Se dará cuenta el oficialismo que la democracia únicamente no beneficia a los escalpelos de la disidencia sino también a ellos. El silencio será para todos, no sabremos donde no llega el agua, ni donde falla la luz, ni sabremos donde están nuestros muertos ni nuestros vivos. Se habrá impuesto la mordaza y tendremos que buscar nuevas vías para nuestra información.

Francisco Alarcón

http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=3861

Haga su revolución de una vez

Nunca he visto una “revolución” que tarde tanto, teniendo todo el poder en sus manos y la disposición de hacerla. Con anuncios diarios y las consecuentes amenazas, atormentando a la población sin saber qué sucederá mañana con sus bienes y pertenencias. Mao, no la hizo así en China, Lenín consultaba al Partido Comunista ruso y Robespierre fue más arrollador en Francia. La historia no está hecha a plazos predeterminados por un sólo individuo, y las revoluciones se hacen o no se hacen. El Che Guevara y Fidel arrancaron su “revolución” sin detenerse a rendirle cuentas a nadie, al comienzo con cierto pundonor, las peroratas eran para justificar las medidas y no a la inversa.

Por qué si el presidente Chávez lleva diez años queriendo hacer una revolución y dice contar con las mayorías populares no la hace de una vez, nadie lo detendrá desde el poder central, quienes han mostrado hasta ahora bastante obsecuencia.

Chávez debe cumplirles a sus correligionarios cerrando cuanto medio de comunicación le estorbe, sin buscar tantos alegatos, que si no pagan el derecho de frente o tiran los desperdicios a la calle. Sin delegar en Diosdado ni en otro funcionario del régimen. Esto es una “revolución” y quienes vayan en contra de ella son sus “enemigos”. Al final, todos los alegatos “legales” de nada le servirán para el mundo civilizado y democrático.

Lo mismo ocurre con las leyes que va aprobando la Asamblea Nacional, donde se revierte la decisión soberana de una reforma rechazada el 2D. Empiece a expropiar a todos los burgueses de este país, sin misericordia alguna. No permita más latrocinios y entregue una libreta de racionamiento bien implementada, que a lo mejor da oportunidades de obtener los productos de primera necesidad, que actualmente no se consiguen por ninguna parte; sincérese con su “pueblo” y con el resto de los venezolanos que se dejan bajar los pantalones sin ninguna protesta.
Comience simultáneamente a crear una red social de atención hospitalaria, acabe con la inseguridad, haga lo que hizo Fidel con los malandros en Cuba. Termine de centralizar el poder no permitiendo que el hampa le malogre su “revolución”.

La oposición casi no existe, está tristemente desvencijada, no sabe asumir su responsabilidad histórica, los estudiantes en pírricos anuncios y movilizaciones no han logrado cristalizar un movimiento con fuerza. Las personas que como yo escriben no “tumban” gobiernos sino se concretan a dar sus opiniones, y si también le estorban hágaselo saber a los dueños de los medios o ciérrelos. A pesar de que no hay nadie en este país con juicio sano que no desee una reconciliación entre los ciudadanos y la pacificación de Venezuela.

Por ello, me tomo la libertad de sugerirle que está en su tiempo para llevar a cabo su “revolución” aproveche los aires a su favor, la luna y los recursos. Olvídese de adecos, copeyanos, etc. De encuentros entre intelectuales y académicos, y échele bolas.

Me gustaría ver el final de está “revolución” planteada como una novela por entregas, sin que alcance su desenlace tras diez años de anuncios e intimidaciones. Los personajes están, la trama existe lo que no termina de abreviarse es la última etapa.

Los capítulos intermedios ya son trillados, con el argumento de ¡me voy a salir de la OEA! Y Así tantas cosas que ocurren con su mundo externo, difícil de engranar cuando se le escapa un gazapo en la reunión con Lula, y después tiene que pedirle disculpas a Cristina Kichner. Cuando la industria señera de este país anda pidiendo prestado a todo el orbe y no logra ni abastecer el mercado interno. Bueno, eso no lo digo yo únicamente, sino aparece publicado por todas partes.

Venezuela era un tesoro para sus habitantes, nacidos en su suelo o no. Hoy es un aprisco, que a lo mejor necesita de esa “revolución” que lleva diez años gestándose, al final su aprobación o reprobación descansará mayoritariamente en los seguidores de su líder. Lo cierto es que hasta las revoluciones se pasan de tiempo entre tantos manoseos, son como las carnes en braza que pueden chamuscarse sin estar cocinadas.

Francisco Alarcón
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Se llamaba PDVSA

Después del paro de 2002, se diluyeron muchísimas previsiones en torno al funcionamiento de Pdvsa. Me acuerdo haber oído como un plazo máximo el de un año para que la industria sucumbiera. Cosa que no resultó así, posiblemente algunos de sus cuadros medios regresaron, igualmente las contratistas. Hoy vemos una escena dantesca en la industria fundamental de nuestro país con su ruina evidente. No hay gente que sepa trabajarla y el deterioro físico de su infraestructura es irrebatible.

El despilfarro acabó con todo y la diversificación de actividades terminó destruyéndola, cuando Chávez la puso en “tareas” no inherentes a su negocio. A Pdvsa le sustrae los dólares el gobierno como le viene en ganas llevándole a su descapitalización, actualmente es una entelequia esperando sepultura, o que rematen lo poco que queda de ella.

Es el sostén primordial de este país desde que el petróleo se descubre en nuestro subsuelo, fue la vida de Venezuela, con ella se produce el tránsito rural hacia un mundo en desarrollo. Cambiamos vertiginosamente, dejamos de vender cuero, cacao, plumas de garza para ser un emporio de riquezas con consejas que nos llevarían al pináculo de la civilización. Desde que entrábamos al colegio nos dibujaban un país rico y mal administrado, al cual denominaban mono-productor, en esas mismas condiciones alcanzamos a nuestros días. Venezolanos ilustres plantearon la necesidad de “sembrar el petróleo” en aras de diversificar la economía, siendo su motor cardinal la exportación de crudo. Esto nunca llegó a producirse, nuestra existencia estuvo sujeta en mayor o menor medida al petróleo, sólo los vaivenes coyunturales trazaban leves cambios, cuando aumentaban las exportaciones no tradicionales y lo acusaban nuestras Cuentas Nacionales. Pero hoy en día ni siquiera hay Cuentas Nacionales ciertas, ni la industria petrolera es auditable. Las pocas referencias sobre sus ventas y cuotas de producción nos llegan a través de la OPEP y de otros negocios colaterales.

Hasta hace poco el régimen trato de tapar la debacle que se acercaba, seria cosa de tiempo aclarar la realidad; hasta que la “revolución” entrara definitivamente en el rumbo comunista, pero el devenir se adelantó con la rebaja de los precios del petróleo, poniendo en evidencia que nuestra industria petrolera estaba quebrada, que todo lo que se había sospechado era una realidad, y que la mayor bonanza en la historia de este país se había dilapidado en compras de chatarras bélicas, mayormente rusas, o regalando a los secuaces del comunismo latinoamericano, además de llenarse los bolsillos “revolucionarios”. Ahora nos toca a quienes no participamos en ese convite obsceno, darle sepultura a nuestra industria madre. Murió Pdvsa en estos años “del proceso”, la mataron, vedla allí dando lástima, y con los desesperos de sus tutores, queriendo hacer ver se trata de las consecuencias de la crisis económica internacional. Cuando el presupuesto nacional fue replanteado en 60 dólares el barril y los precios del crudo están cercanos a esa meta. Cuando la OPEP está satisfecha con los precios y niveles de producción en momentos recesivos de las grandes economías. Cuando Pdvsa si estuviera bien administrada pudiera obtener ganancias sobre los precios actuales de US$ 45 por cada barril, cuestión nada despreciable para sostener holgadamente a Venezuela. Pero la esquizofrenia chavista es destruirlo todo y lo está logrando, cuando tercamente acaban con los puestos de trabajo, y con los vestigios que quedan de la empresa privada. Llegará el período en que tendrán que “freír monos” para el sustento del pueblo. Será tarde para lograr reconstruir nuestra señera industria, y verán rendidas las misiones que implementó el “socialismo”. Ya poco “existen” dólares para las importaciones de bienes de primera necesidad: alimentos y medicinas. Llegó el diluvio para la nación y no fue precisamente por la coyuntura mundial sino por haber lapidado a Pdvsa, quien nos daba el sustento a todos los venezolanos y a unos tantos eslabones del Castro-comunismo.

¡Paz a sus restos!

Francisco Alarcón

Fuente Diario 2001.

Este pueblo era vergatario

Aunque no condesciendo con este vocablo para el uso generalizado, ahora de moda porque Chávez quiere que sea así. Cuando le hicieron la crítica en medios internacionales al teléfono nada vergatario, nuestro Presidente “analizó” la acepción de la palabra y omitió intencionalmente su uso vulgar tal como establece el DRAE: adj. vulg. Ven.
Así, quiso engañar a sus cautivos e ignorantes seguidores, quienes celebraron con regocijo la forma “penetrante” como maneja el leguaje el Presi. Con frecuencia pertinaz, los servidores de este régimen se dedican a destrozar el idioma, haciendo galas de sus malos usos, llamando bolsa, cabrón y más, a cualquier ciudadano indemne y en desventaja ante la ley, ante el uso de armas y guardaespaldas, por el sólo hecho de hacer sus comentarios públicos.

Es a un pueblo humillado y aterido durante años, al que le dirigen actualmente sus improperios, aunque sean adeptos al oficialismo. Un pueblo que abandona casi espontáneamente su libertad, y prefiere vivir de las vindictas de la degradación social. Son tiempos nebulosos para la historia de Venezuela. Guzmán Blanco en el siglo XIX, algo hizo a pesar de disponer de los erarios oficiales como si fuesen su patrimonio personal. Pero hoy es distinto, desaparecen los reales de todos los venezolanos, sin dejar ningún vestigio de progreso, y por el camino que vamos no será precisamente el rasgo de este “proceso”, rendirle cuentas a nadie mientras esté en funciones, aunque alguna vez, sus responsables serán obligados por las leyes a hacerlo. A un pueblo que en tiempo pasados no se dejaba sojuzgar, que no soportaba imposiciones ni dimitía en sus luchas por abalorios. Pareciera que el valor se disipó, el miedo cunde y la gente prefiere encuevarse antes de enfrentar la realidad. Dos mundos andan al unísono, quienes creen que todavía Venezuela es un lugar para buenos negocios, viendo los derroches cortoplaceros, y quienes sufren las peores miserias pernoctando en las aceras y calles. Es extraño que nuestros compatriotas se conformen con tan poca cosa y renuncien a sus libertades estoicamente. Recibiendo “ayudas sociales” que en su conjunto son limosnas, los demás resultaron engaños y el país está quebrado, sufriendo de una hiperinflación con escasez de alimentos y medicinas, sin que nadie proteste, cuando esto lo estamos viendo en el día a día.

Entretanto, Chávez profundiza su cartilla “revolucionaria” impuesta por Fidel, todo va a la medida mientras ninguno o casi ninguno diga NO. Es el tiempo estelar de la “revolución”, de las purgas internas, de la erradicación de los focos opositores, del cierre de los medios de comunicación, y de persecución a todos quienes se opongan a su proyecto totalitario.

Como lo hemos dicho repetidas veces, la Asamblea Nacional no cesará hasta no haber revertido los resultados del 2D.

Pareciera que ante esta gran tragedia, el venezolano se conforma con un teléfono celular infamemente denominado “el vergatario”. Así, alcanzamos a las puertas del infierno tras diez años perdidos y con una nación arrasada. Cuando se acentúe la recesión económica, saldrá El Gendarme y su séquito a decir que todo es consecuencia del deterioro de la economía internacional. Ya estaremos lejos de nuestra libertad, ya no tendremos las posibilidades de expresarnos autónomamente. Seremos los esclavos de la “revolución”, condenados a sopotocientos años sin que se vislumbre una salida democrática. Habremos derrochado nuestro honor y perdido nuestros bienes por cobardes, por dejar pasar todo, por palurdos. Sin futuro y con la mayor amargura deambularemos por las calles mostrando nuestras miserias, sin poder regresar al pasado que tanto desdeñamos en el presente. Sin una resistencia honorable, no habrá redención y se extinguirá nuestra democracia, que nos permitió dirimir civilizadamente nuestros frecuentes y profundos inconvenientes. No habrá tiempo para discutir los contratos colectivos ni los aumentos de sueldos, sin propiedad privada, pues habrá fenecido todo en un lodazal de “tranquilidad”.

Francisco Alarcón
Analitica.com

Chávez y su mayoría ocasional

En la última marcha del chavismo me topé con un recogelatas que deambula en la zona donde vivo, estaba vestido todo de rojo. Sin preguntarle nada me espetó: ahora me dedico al chavismo, como quien aclara que está en un nuevo trabajo. Así me lo hizo saber, ya no soy recogelatas, en este país quien no trabaja es porque no quiere. Vivo de las marchas y movilizaciones chavista sin que tenga que joderme mucho. Igual ocurre en todos los estamentos del aparato gubernamental, allí se alojan las personas de distintas tendencias políticas que pululan en Venezuela, bajo la égida del rojo, rojito chavista. Unos denigran de tan ominoso entorno, otros sencillamente hablan con satisfacción porque “están pasando la ola”. Somos un país pintoresco y veleidoso que nos damos el lujo de mantener a Chávez en el poder durante diez años para que lo eche abajo.

Al “chavismo” la gente lo mira como una oportunidad de trabajo, de conseguir dinero, dispuesto a sacrificar cualquier honor. Se ha constituido en una empresa de ocupación. Es un medio fácil de cobrar sin trabajar y el único requisito es profesarle lealtad absoluta al Comandante, y asistir a las marchas o a cuanto loco evento convoquen.

Sí, algunos venezolanos son “vivos” y la encomienda es buscar los reales a como de lugar, que importa que perdamos la patria, que importa el ocaso de Venezuela. Chávez lo sabe, conoce bien la idiosincrasia de sus compatriotas, por eso, duda de acatamientos civiles y se apoya en los militares, quienes están acostumbrados a seguir órdenes sin ocuparse mucho de la Constitución ni de su papel verdadero.

Los cubanos irrumpieron en este país como “médicos” y entrenadores deportivos y actualmente mandan en la mayoría de los jerarquías sociales. Son los asesores de Chávez, y quienes le cuidan el pellejo, en esto no hay lealtades apodícticas sino sencillamente conveniencias. Desde Venezuela se nutre Cuba y se mantiene un proyecto comunista en Latinoamérica.

Ese fin nunca lo había logrado Fidel Castro, pero con Chávez tiene su lealtad incondicional.

Aquí, habrá una oposición seria cuando tomemos la decisión de resistirnos a una autocracia, veamos con más honestidad el panorama del país y cuando algunos compatriotas se olviden que lo prioritario es llenarse los bolsillos. Al igual que el recogelatas, ciertos ciudadanos son cómplices irresponsables de la destrucción de la nación, no hay excusa que justifique esta actitud, viendo como salida unirse al “chavismo ocupacional”. Eso de hipotecar la dignidad no resulta ni beneficioso para Venezuela, ni para los compatriotas que por “hambre” se vean obligados a perder su libertad. Aquí nada corre por su cauce, ni nada es independiente, o se es cautivo del chavismo o nos oponemos a él. Ni siquiera la cultura anda por cuenta propia, ni los estímulos que otorga el régimen con visos “respetables”, obedecen a una imparcial escogencia, tal es el caso del premio “Rómulo Gallegos”. Siendo otra forma de apartarse del camino de la resistencia, creyéndose que respetan la voluntad de un jurado.

Esas mayorías relativas que reflejan ciertas encuestan con relación al chavismo, obedecen a esta peculiar manera de ganarse la “vida” algunos compatriotas, si hoy Chávez cuenta con un 60% de simpatías es porque el “chavismo ocupacional”, le borró la dignidad al 60% de los venezolanos en los rebusques diarios por la subsistencia. Así, tendremos a Chávez por largo rato, mientras la “oposición” se ocupa de mantenerlo en el poder, consagrándole aquello que en otra época llamaron principios y combatividad del pueblo. Tan doblegado se halla el recogelatas como el orondo “ejecutivo” que presta sus servicios al Estado por necesidades “perentorias”: ¡Por Dios tengo tantos hijos y no puedo dejar de trabajar!; ¡tengo que ir con un pañuelo en la nariz!, es una vergüenza “obligada”. Por esta vía será tarde cualquier obra redentora y concluiremos junto al “chavismo ocupacional” en sus hogueras. Mientras Cuba “trabaja” por su libertad, nosotros lo hacemos para nuestra esclavitud.

Francisco Alarcón
http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=3768

“EL DEMONIO anda suelto”

Pasarán muchos años para que Venezuela vuelva a ser lo que era, así lo dijo Gustavo Herrera en otra coyuntura histórica, pero la expresión no ha perdido vigencia sino tomado mayor fuerza. Quizás desde que la pronunció hasta ahora esté vigente.

 La nación es presa de la barbarie, está exánime de principios, los nomos del desastre la abrumaron. Requiere de atención inmediata y no hay quien lo haga, la visión país se perdió y se apoderaron de él los demonios que están arrasándola. Se trasmutaron los valores a seres casi irracionales, se parceló el país entre cretinos resentidos y gente sin valor para arrancar un proyecto decente. Esa palabra decencia se venía desvaneciendo en el discernimiento de los venezolanos pero hoy ya no existe. No se guardan las apariencias, las normas de convivencia, el venezolano es declinación como lo es Venezuela. Asumiéndole con resignación o complacencia, no lo sé. Pero somos un pueblo perdido, mirando a los demonios sin capacidad para darles respuesta. No tenemos comienzo ni fin, pareciera que no existimos en la realidad mundial, no somos un conglomerado sino la expresión de un sólo hombre, que vapulea con sus palabras a nombre de todos. Que acaba con la historia Patria caprichosamente, que impone sufrimientos a sus compatriotas con asiduidad y deleite. Su pasión, la venganza contra quienes en su mayoría nada le hicimos, sus deseos patrioteros rematar a Venezuela sin que tampoco le haya hecho nada.

 El demonio anda suelto, expresión dicharachera que toma vigencia en el día a día; cada alocución oficial es una nueva amenaza para la población, con cada medida que toman muere parte de nuestra existencia.

 A los que le dieron tantas riquezas, pronto se las quitarán. Serán ellos, los dolientes más exaltados, por haberse "equivocado", se cogieron los reales y se arrepentirán de su opíparo festín. Los demonios andan sueltos, no hay tierra exenta de su destrucción hasta que no hayan derribado todo vestigio productivo. Eso sucede aquí; allende de nuestras fronteras, Chávez gasta los últimos dólares en antesalas, en reconciliaciones y búsquedas de financiamientos. Sus correligionarios están confundidos, viendo toda la pasión derramada en su encuentro con Obama, la parodia con Bocelli, cantándole Granada en Miraflores. Tantos jalones de testículos en pos del dinero y de la "fama". Mientras desprecia a su pueblo, condenándoles a la pobreza. Más allá de esto, ora por su salvación y la de sus asociados y para eso es necesario tener recursos. Estos nuevos ricos necesitan más que el común de los venezolanos. La botadera de dinero fue tan resaltante que, ahora sumas inconmensurables se ven como poca cosa. La necesidad de recurrir al FMI es inminente, después que hablaron tantas sandeces de nuevo vendrán los paquetes económicos doblemente tasados por la "revolución" y por el FMI. Ridículo será si no devalúan, ridículo será cuando le suban la gasolina al pueblo y tantas cosas que aparecerán en perjuicio de las clases populares. El cambio ya lo hemos dicho repetidas veces, será brusco. Eso de pasar a ser pobre después de haber sido "rico" es desagradable, se acabó el tiempo de los ninis ricos, comenzó el adusto camino de los recortes, atrasos de pago, desmembramiento de las cooperativas.

Cero préstamos para ayudas sociales, demoras en desembolsos de pensiones y misiones. Los "registros" se revertirán en el corto plazo, y el amigo Eljuri desde la Dirección de estadística, tendrá que hacer augustos malabarismos para "convencer" a la gente de que aquí está disminuyendo el desempleo. El Banco Central se resquebraja ante el contrapeso en la balanza de pagos. En Pdvsa todo es deuda, el desgaste por la ineptitud llegó a la cima, no aguantaron un trimestre con la caída de los precios del petróleo. Aquí, venderán todo cuanto brille y ya comenzaron con el oro. Chávez está limpio y sabe que su tiempo se acorta. Abordando todas las posibles soluciones y rebuscando nuevas amistades como los chilenos. Es su mundo complejo y contradicho es malo ser rico pero no es malo robar.

 No ve la viga en su propio ojo sino la paja en el ajeno. Así es la "revolución" compadre, cuando se aproxima a su última etapa. 

Francisco Alarcón

 http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=3754

Acaben con todo

Parece ser la orden que emana de la autoridad única, que nada permanezca en pie y mucho menos si ha sido producto del esfuerzo de la industria privada. Demuelan monumentos, quemen libros, cójanse el territorio de la república como cosa suya. Recuerden, aquí no hay leyes, Je Suis L'Etat.

Inconcebible el despojo contra el alcalde mayor, insólito el gesto de la "nueva autoridad", cuando asume el cargo en la vieja gobernación, con el puño en alto y su brazalete rojo como si se tratara de una noble conquista, cuando los visos ominosos son impecables.

El pueblo venezolano no es el autor de ninguna gesta, está abatido porque votó por Antonio Ledezma, y le ridiculizan su decisión. Un revanchismo inusitado se yergue desde lo hondo de un ser inescrutable, que no respeta ni los designios del soberano, sobre quien también lo eligieron democráticamente, en tiempo de menos decadencia a lo que han sido estos diez años.

Fue el primer paso para acabar con la descentralización, para arrancar su sedicente "revolución" que no avizora nada bueno, ni siquiera para sus partidarios. Su claque de arriba, ejecuta las órdenes aunque parezcan situaciones inconexas. Cuando vemos las intervenciones de las haras de caballos de carrera, que terminarán sepultando la hípica "burguesa". O cuando el gobernador de Guárico quiere apoderarse del Estado Miranda.

No son meras casualidades, es el acabose de Venezuela. Será el fin si no logramos detener los despropósitos de esta siniestra "V república".

El ciudadano va perdiendo su capacidad de asombro, observando como el régimen no controla a ex profeso la inseguridad, proliferando los casos de asesinatos y secuestros. En el día a día, se consigue con un tráfico colapsado y calles intransitables, un Metro abarrotado, donde se producen los mayores hechos delictivos a la vista del público, donde pisotean a la gente pasándole por encima en la horas picos. Así nos quieren preparar los camaradas, para cuando lleguen las medidas más severas tampoco reaccionemos. Chávez tiene en proyecto subir la gasolina, devaluar aunque Alí Rodríguez diga que es estúpido hacerlo, desaparecer la propiedad privada. Esa libreta de racionamiento que espantaba hasta hace poco, será la "ayuda" del régimen para el pueblo venezolano.

La Patria arrasada para complacer al jefe, puede ser el resultado próximo. La cacería de brujas ya comenzó dentro y fuera del oficialismo, que antes no se preocupaba por los desfalcos, señalando a quienes les conviene, que casi siempre son sus opositores políticos. No son acusaciones consumadas con equidad, sencillamente son venganzas. Aprieta la mano el jefe, cuando ve disiparse la riqueza que le proveyó el petróleo. Teme perderlo todo después de diez años, y sus compañeros de aventura se hacen más adustos, apoyándole cuanta insensatez se le ocurre. Desde la intervención de las haras hasta la quema de libros guardan su relación, son las políticas estalinistas, haciendo ver que no hay excesos sino conquistas "revolucionarias". Es ahora cuando llegará "la dictadura del proletariado". Toca el momento de las crueldades, del socialismo ortodoxo, o como se le llama coloquialmente, comunismo. O corremos o nos encaramamos, no habrá prórrogas de parte Chávez para tratar de imponernos todo junto.

Por ello, no actúa contra la inseguridad, le encanta la anarquía, mientras mayor sea la descomposición social, mejores serán las condiciones para su comunismo. La empresa privada pasa por su peor trance, agoniza. Las aspiraciones son estatizarlas, llevarlas a poder del Estado para controlar todo. Llegan los días con tantos cambios y preocupaciones que no nos alcanzan para el discernimiento de los problemas. Mientras esto acaece y matan a la gente en la calle, la implacable Asamblea Nacional, se ocupa a tiempo completo en revertir las conquistas electorales y en darle base "jurídica" a la "revolución" que acabará con el país. Serán políticas de Estado todo lo que habíamos pensado como imposibles. Llegará la "revolución" a nuestras puertas y habremos despertado cuando hayan acabado hasta con el béisbol, pasión de Chávez.

Francisco Alarcón

 http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=3733

Los amos de la desfachatez

Alejandro Magno a los 20 años era rey de Macedonia, pero no sé que ha hecho Diosdado Cabello para adueñarse de 24 estados, sin ni siquiera decir cuáles son sus planes y cómo los sostendrá. Es como esos tipos que tienen tantas mujeres, algunas en estado de gravidez y, no saben como atenderlas. Somos los venezolanos atrevidos; en algunos casos hacemos las cosas sin darnos cuenta de las consecuencias ulteriores. El, como Gobernador del Estado Miranda no dio muestras diestras en la dirección. Es más, poco se conoce que sucedió ahí, durante su gestión. Ahora es ficha clave del oficialismo, para revertir la descentralización por vías de hecho y casi de cohecho. Venezuela se desmorona o la demuelen los grupos oficialistas, es casi un pleonasmo repetirlo, pero lo triste es que lo sepa todo el mundo y la gente continúe en las nebulosas, negociando un "prestamito" para comprar un carro o un bien suntuario. Los valores igual se han ido difuminando, viendo en el alto gobierno los comportamientos imprudentes y poco honestos. Bueno, quizás con el manual de Carreño algunos se solucionarían y se enseriaría de nuevo la educación. Pero lo que no se salvará será el tiempo perdido, y quienes entregaron sus vidas en aras de la democracia o dejando su pellejo en las mazmorras de la "revolución", luchando por la libertad; arquetipo del hombre desde que vino a la Tierra.

La insolencia chavista es tan desmesurada con la reversión de los resultados del 2 D, que están acabando con su propia cosecha, ya el país les queda bastante grande y se les está yendo de las manos. Aunque, no presenciemos grandes movilizaciones de la disidencia, sospecho que el ciudadano digno está a Dios rogando y con el mazo dando.

Vivimos en una "revolución" supuesta que, perciben o percibieron algunos asiéndose de los billetes verdes, que tanto han desmejorado voluntades y prostituido a los venezolanos, acciones que fueron castigadas en democracia por culpas menores a las observadas en el presente.

Con la legalidad que no existe ni para el derecho natural, cuando se despoja de sus cargos a los representantes electos por el pueblo en elecciones; razones suficientes para no seguir creyéndonos que disfrutamos de una democracia, ni siquiera ya la semántica es paritaria. Al ciudadano Chávez, le costará guardar esas apariencias que lo han mantenido durante diez años en el poder. Hasta sus propios seguidores de inclinación mesurada, aprecian que un sólo hombre no puede ser omnisciente, ni mucho menos imprescindible para que un país exista.

Los tiempos de "júbilo" pasaron, es grave la realidad actual, Venezuela es un país incómodo para estar, para estudiar, para desarrollar una actividad económica, diría que hasta para morir en esta tierra convertida en lugar sórdido.

He pensado en algunas oportunidades, viendo como le confiscaron una elección popular a Ledezma, y cómo las simples solicitudes de Cabello a la presidenta de la Asamblea Nacional son suficiente para trasladarle las partes medulares de 24 estados a un ministro inexperto, solicitarle una "vainita" digna de buena administración a Cilia, para, en caso de ser complacido, implicarme en acto de fe pública, llevando una recta administración y presentado los balances y estados de cuenta de mi gestión en fechas oportunas. Comprometiéndome a no quemar los libros de Gallegos y a no desmantelar mi sitio de trabajo cuando llegue el término de mi labor. A ser tolerante con mis compatriotas y a darles trato igualitario a oficialista y a disidentes. Respetando las normas jurídicas, aunque en este país no se cumplan, no comprándome una Hummer, ni gastando los reales ajenos en francachelas. Me tomaría muy en serio mi trabajo y hasta publicaría en la prensa mi balance personal como lo hacia Andrés Eloy Blanco. Para que la gente se diera cuenta que en esta nación no sólo habitan ladrones y gente de mal vivir. Me parece que las cosas debemos ganárnoslas sin arrebatárselas al prójimo, a cuenta de guapos y apoyados. Siquiera Alejando Magno bregó bastante para sentirse rey del mundo sin ser ungido por Chávez. 

Francisco Alarcón  

http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=3705

¿Venezuela a la espera de un milagro?

Los venezolanos parecen en su mayoría haberse encomendado a la fe de Dios, a la espera de un milagro que les devuelva la paz, justicia y derecho a la vida. Diez años infructíferos para que se produjera un cambio, ni Chávez supo aprovechar la bonanza petrolera ni la "oposición logró acabar con sus pretensiones hegemónicas, hoy materializadas. Vivimos en un pandemónium sin ningún norte que vislumbre una salida a la grave crisis social y económica. Lo escaso bueno o regular que se logró erigir en democracia hoy está casi destruido, y las esperanzas de un oficialista común son muy pocas, viendo el fraude de esta "revolución". Los aventureros y mercenarios medran en este paraíso inducido por el régimen, igual sucede con la delincuencia que perdió cualquier escrúpulo, si acaso lo tuvo; actualmente el país produce más muertos por la inseguridad que una guerra convencional. Los cadáveres aparecen baleados con incontables disparos, como si se tratara de una competencia de tiro al blanco y la diana fuera el interfecto. Al comienzo, la ciudadanía pensaba se trataba del sicariato y de venganzas, pero ahora se dan cuenta que es una "experiencia normal". Hay exceso de crueldad, que no veía antes la población. Junto a esto, camina la indiferencia de algunos venezolanos, a quienes Chávez les complace sus gustos, destruyendo cuanto halla a su paso. Es el Atilas criollo, símbolo de la mayor decadencia conocida por Venezuela. Sin que nadie resuelle, sin que nadie piense en organizarse para reconstruir la nación que se nos va de las manos. Pareciera que el olvido y la indolencia se apoderaron de nuestros compatriotas, cuando vemos inocentes pagando cárcel y culpables transitando normalmente las calles y encumbrados por el "proceso". Recordamos la recomendación del Quijote dada a Sancho cuando asumiera la gobernación de la ínsula Barataria: "Cuando te sucediere juzgar algún pleito de algún enemigo tuyo, aparta las mientes de tu injuria, y ponlas en la verdad del caso".

Aquí vemos las mayores injusticias, que rayan en represalias, las persecuciones y condenas más indignas. Notamos como la arrogancia de los funcionarios públicos esta dirigida hacia la hecatombe moral de una sociedad, hacia la desgracia de sus compatriotas por vías de la violencia y de una inhonestidad exasperada. La llamada "oposición" venezolana casi nunca dio respuestas adecuadas a estas agresiones, que llegan a diez años, a esta "revolución" que desata odios y no pasiones, que no resuelve problemas sino los complica cada vez más y pende del latrocinio para continuar su paso totalitario y perpetuo.

Ante ello, el venezolano apela al conformismo con el mayor desconsuelo. Casi con llantos, escuchamos lamentos a diario de los ciudadanos cansados de tantas iniquidades. Pareciera que sólo una mano milagrosa pudiera recomponerlo, las perspectivas son cada vez menores de obtenerlo por otros medios. El régimen se encargó con sus últimas disposiciones confiscatorias de la voluntad popular, en desencantar a quienes votaron, conculcando sus decisiones. El Edén revolucionario se fortalece con la violencia, mientras la "oposición" se nota rendida. Será difícil continuar en un juego democrático, votar en futuras elecciones que convoque el gobierno, cuando casi todas las expectativas electorales están disipadas. Oí decir a unas señoras: solamente esperamos de la justicia divina para que Venezuela recobre su libertad, y pareciera ser ésta la señera esperanza real. Estamos lejos de todo lo que parezca una fuerza capaz de devolver las cosas a su lugar. Los ánimos se esfuman hasta en los entusiastas "políticos" que les encanta ver sus nombres en un tarjetón electoral aunque sepan de antemano que no tienen la más mínima posibilidad de ser electos. Los movimientos de protesta están circunscritos a minorías bizantinas, y los estudiantes se burocratizaron o se perdieron en las primeras termópilas de nuestra realidad. Así sólo Dios lo puede. Entonces nos queda decir, fe compatriotas que algún día el milagro llegará o moriremos. 

 

Francisco Alarcón