Venezuela, territorio libre de América

Para quienes vemos como un calco de Cuba lo que ocurre en Venezuela, nos extraña que el Presidente Chávez no haya asumido la expresión “Territorio libre de América”. Cuando tanto le gusta parecerse en su sueño vano a la “revolución cubana”. Pronto van llegando las cosas que nos distaban de ese régimen, al comienzo a cuenta gotas, pero ahora los anuncios son a diario, asimilando todas las “comodidades” de allá y librándonos de todos los “prejuicios” de aquí.
Cualquier tarde de estas en una de las cadenas anunciaran que, combatirán, verbigracia el latifundio, y a la empresa privada con fusilamientos, nada nos parece insólito a los venezolanos, siendo atroz que no reaccionemos ante la ignominia y todo discurra dentro la mayor normalidad, como si hubiésemos nacido para ser esclavos.

El país se desvanece, lo expolian, pisotean nuestras buenas costumbres, nos prohíben celebrar diciembre como siempre lo hicimos, entre anuncios desagradables y quiebras de bancos, y nos mantenemos impertérritos; hay bobera en la población, cuando antes no nos gustaban las imposiciones en democracia protestábamos, hoy con lenidad aceptamos lo que nos imponen.
Venezuela seguramente para el Presidente Chávez debe ser el segundo “territorio libre de América” y se le ha pasado por alto imitarlo. Ya nos ha “liberado” de muchas cosas como el analfabetismo, nos ha erigido en un paraíso económico que no se ha materializado por culpa del imperio. Pero su “revolución” avanza derrumbado todos los muros de la convivencia y de la infraestructura física del país. No hay dinero para construir nada ni una obra, pero si lo hay para devastar lo que considere pertinente el régimen. La degradación es gratis lo mismo que la inseguridad, siendo consecuentes cautivos al “proceso revolucionario,” aceptando cuantas patadas nos den por el trasero, nos preparamos a ser víctimas indefensas, sin esperanza alguna y sin decir ¡alto!

Debe estarse aproximando la hora de tomar medidas severas, digo yo, contra quienes delinquen contra la cosa pública, la propiedad privada y contra quienes defraudan al Presidente de la República con su mala gestión administrativa. La revolución no se puede parar, debe continuar sin cortapisas como lo hizo el Che Guevara en Cuba, o van presos de por vida o se recurre a los procedimientos del Che en la prisión de la Cabaña que son más asépticos y económicos; como las cremaciones de los cadáveres que hoy en día hasta San Francisco de Asís las acepta. Es cuestión de la vida rutinaria y quizá combinada con un poco de maltusianismo. Al presidente Chávez le llegó el momento, quiéralo o no de poner las cosas en orden dentro y fuera de su casa o nación. Aquí deben rendir cuentas todos. Esas riquezas fortuitas no se corresponden con una “revolución”, todavía hay mucho boato en la calles, muchos relojes de marca y ropas exclusivas, esto no es mamadera de gallos, esto es sacrificio y el Presidente tendrá que comenzar por él. Acabando la inseguridad que esta diezmando nuestra población sin respetar los mismo fueros oficialistas. Hay que demostrar que no se es un malhechor; o someterlo.

El venezolano en tiempos de “revolución” pareciera aceptar todos estos preceptos, cualquier tema que se le ocurra a Hugo Chávez debe ser recibido con “conformismo” y en algunas oportunidades con “satisfacción” Entonces él, quien en este tiempo es todopoderoso, será el único que podrá remediar los graves problemas de esta gran nación que dejó de ser rica, ¿por culpa de? Bueno, eso no viene al caso ahorita, lo inmediato es salvarla. La solución se ve muy distante para quienes no pertenecemos a los sectores del “proceso”, no hay indicadores serios, se administra con criterios mezquinos sin que los venezolanos comunes nos podamos enterar con certidumbre de donde emergen tantos ricos y ladrones.

Antes el trabajo enaltecía a los hombres de bien y los premiaba en algunas oportunidades con amplias fortunas, hoy las cosas cambiaron se recompensa a los bandidos. Venezuela para que se convierta en territorio libre de América primero tendrá que superar numerosos escollos, de lo contrario seguiremos hundidos en la servidumbre.

Francisco Alarcón
Diario 2001, The Americano, Noticiero digital entre otros.

Comunismo burgués

Hasta hace muy poco, los teóricos y académicos venezolanos se devanaban los sesos para buscarle los rasgos socialistas al llamado por Hugo Chávez “socialismo del siglo XXI”.

Encontrándose que en Venezuela no hay lucha de clases ni nada que se parezca a una reivindicación social, paradójicamente el régimen se enrumbó hacia una autocracia personalista, copiando la parafernalia cubana. Y también paradójicamente de ese comunismo partió una nueva burguesía más grosera que la anterior, que despiadadamente y con el apoyo oficialista ha despojado a los antiguos dueños de sus bienes sin haberles pagado de manera justa, o de forma alguna sus propiedades. Utilizando prácticas comunistas como las expropiaciones o estatizaciones, donde se niega la propiedad privada y se crea una nueva propiedad “colectiva” trasladada a los afectos al régimen. Así, nació en Venezuela una autocracia que quieren venderle al mundo como socialista o comunista, o como quieran llamarla; ladrona, incapaz y ruinosa. En evidente contraste con la economía de puertos que, el gobierno pone en práctica para poder medio abastecer los rubros alimenticios y otras mercaderías, si no la población ya se hubiese muerto de hambre. Esa burla al pueblo venezolano, trató de justificarse con un declarado e imaginario llamado “socialismo del siglo XXI”. Aquí sucumbió cualquier postulado socialista y la pobreza y explotación es mayor en este momento sin ninguna atención a la clase obrera y campesinos. Se combate la pobreza con más pobreza, se confunde el trabajo productivo con la economía informal y la destrucción total del país es inminente.

La decadencia es asaz conocida como forma de “construir” del régimen, se derrumba la nación y vamos de mal en peor y esos son los cambios reales en la Venezuela contemporánea. Independientemente que los precios petroleros se recuperen, esos ingresos van a dar a muy pocas manos, las de quienes se apropiaron de todas las riquezas de este país en tiempo récord, igual como la miseria y acracia crece en los sectores populares y medios.
Ese fue el paraíso soñado por alguien fuera de sus cabales, sin que parezca la gente percatarse de la gravedad del asunto. Todavía algunos abrigan esperanzas de una salida pasmosa para recuperar a Venezuela, y los aires son otros, y cada vez somos menos dueños de ella y somos más esclavos y subordinados a la “estrategia” de Fidel Castro, quien en sus adentros debe seguir pensado en un enfrentamiento de Latinoamérica contra el “Imperio.” y para ello, se reserva a Venezuela y la lanza en una serie de provocaciones en contra de Colombia en desmedro de ambos pueblos. El viejo no quiere marcharse de este mundo sin ver una confrontación seria, como estuvo a punto de ocurrir en el año 1962.

Pero las cosas han cambiado, Cuba hoy es un basurero ideológico, amparado con el petróleo venezolano y nuestra nación va por el mismo camino con el “comunismo burgués,” chupador de dólares para crear inmensas fortunas personales. He allí, lo que quiso vendérsele al orbe como de esencia socialista y resultó lo antónimo. Un régimen iconoclasta lleno de arcaísmos y de fotos del Che Guevara que no sabe resolver sus propios problemas.
Quienes avizoraron esta incompatibilidad a tiempo fueron los hondureños, no permitiéndole a Manuel Zelaya que repitiera allá los vicios de aquí. La mayor derrota que ha recibido el “líder” del “socialismo de siglo XXI” se la infligió Micheletti, extensiva a Insulza y su maltrecha OEA, al adefesio del ALBA y a sus propios protagonistas, ¡Qué mal quedó ante el mundo!

El “comunismo burgués” destruirá a Venezuela y quizá se explaye a Bolivia, pero los demás países que lo acompañaron, comienzan a despertar como es el caso de Nicaragua que para repetir Daniel Ortega tendrá que recurrir a fullerías. El resto de los acólitos se encuentran en alerta, aprovechándose de los últimos dólares y artilugios a disposición de los zánganos. Fidel Castro seguirá intermitentemente mandando órdenes a nuestros vernáculos camaradas para ver si cristaliza su sueño “áureo”, un duelo contra el “Imperio” viéndole desde su trono burgués en el “paraíso comunista de Cuba”.

Francisco Alarcón
2001, The Americano, Noticiero digital, entre otros.