El otro yo de Venezuela

En Venezuela están ocurriendo cosas extrañas como los accidentes en serie y las desapariciones y apariciones subrepticias de tres peñeros –nunca antes visto- y se cae un helicóptero en el rescate ¿Serán coincidencias? Y además se están muriendo figuras conocidas secuencialmente. Desentierran muertos para pedirles la cedula de identidad, mientras el hampa sigue desbordaba y las fallas de luz se incrementan a diario. Sí, las cosas están revueltas, antes no llovía y ahora no escampa dejando sus secuelas nefastas, no sabemos sin son acciones del cielo, cósmicas o esotéricas, pero están a la vista de todos con ciertos temores y aprensiones.

Es una Venezuela desconocida de grandes contrastes existenciales entre gente que observa las cuestiones con naturalidad, haciendo negocios aunque el orbe se les venga encima, y una gran mayoría con todas o casi todas las posibilidades de trabajar reducidas a su mínima expresión, que sólo les permite subsistir. Hay individuos que andan en costosos vehículos blindados y otros que no tienen como pagar una buseta. Las medicinas no se consiguen e igual que la comida cuando se encuentran los precios están tan elevados que reducen el menú del pobre, constituyendo el infernal trafagar del día a día, casi muriendo más que existiendo. Se preguntan si será cierto que los muertos salen y cobran sus penas, o nos rondan y vigilan para dotar nuestras falencias. Aunque somos escépticos en creerlo pudieran ocurrir cosas que se escapan de la comprensión científica, en los misterios descansa gran parte del “conocimiento” y en la “ignorancia” se basan las teorías científicas otras veces. Antes los agnósicos eran sinonimia de ateos, hoy en día ser agnóstico significa pensar en todo lo que exista de manera fáctica sin negar cosas que desconocemos.

Pero Venezuela está revuelta y su destrucción es real, la caída de la economía es palmaria y el progreso se ve cada vez más menguado mientras sigan en pugna dos facciones, y se niegue la existencia de lo que ocurre en forma sistemática. El problema de la inseguridad no lo inventó nadie y está ahí fácil de corroborar con solo vivir en este país, las fallas de luz son cotidianas y “normales” a lo largo de nuestra geografía, pareciera que algunos es ahora cuando se dan cuenta que las maquinas necesitan de mantenimientos, que la cosas no suceden providencialmente si no interviene la mano del hombre; eso de dejar todo en el abandono equivale a destruirlo y así lo vienen haciendo. Si continuamos este rumbo, llegará el momento en que las calles de Venezuela serán de tierra y el alumbrando se hallará con lámparas de carburo- son más baratas-

Pero a través de esta miserable situación, hemos podido apreciar hechos enaltecedores donde se aúna la población y procede como antes, o como siempre fue la idiosincrasia del venezolano para amistarse y socorrerse. A quienes rescataron en el mar Caribe en los peñeros no les pidieron ninguna identificación, ni los buscaron en ninguna lista, sencillamente hicieron lo que procede en estos casos, la ayuda. Quienes primero salieron a socorrer solidariamente a las victimas del accidente aéreo en el Estado Bolívar fueron los obreros de Sidor, también sin ningún prejuicio, así somos los venezolanos y de esta manera seguiremos siendo aunque nos quieran cambiar para el mal, inculcando que existen dos “mundos”, ciertamente pueden haberlos pero para mejorar, y no para asirse a la ruina de los vecinos con malos hábitos y con registrados fracasos.

Algo se gesta por abajo, entre la gente joven como oí decir en la calle en estos días, ni con las nuevas mafias ni con la viejas, tenemos que empezar de cero. Me alegró escucharlo cuando advertimos casi todo perdido y que puede emerger una nueva sociedad hasta la presente inédita pero innovadora, tanto que nos devuelva la comunión en familia y la amistad proverbial de quienes nacimos en esta tierra, soterrando las supuestas inquinas y acordándonos de quienes fueron nuestros verdaderos antecesores que, nada tuvieron que ver con el comunismo. Ni creían que Jesucristo se identificaba con Carlos Marx o con cualquier otro bicho de uña de esas tendencias catastróficas; actualmente debemos pensar en el reencuentro y no en más desencuentros e imposiciones. Venezuela será de nuevo generosa y solidaria, viviendo en paz, como la disfrutamos y soñamos muchas veces y no con su otro “yo” mezquino y excluyente que desconocíamos.

Francisco Alarcón 

El miedo chavista

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Todas las declaraciones y expresiones del chavismo denotan un miedo terrible, parecieran darse cuenta que su final está próximo, que el fracaso ha sido tan grande que no hay manera de enmendarlo para dar apariencias que en Venezuela se vive una “revolución”. Fue una estafa gigante y está a la vista de todos, rompieron los récords de incapacidad y para ello no se precisan pruebas, son doce años de evidencias para el pueblo venezolano, para el mundo, vedlo allí a lo largo y ancho de esta tierra.

Empero, se aprecia que por primeras vez no se presentan como una opción ganadora e irrebatible, mendigan los votos que perdieron aunque el maestro Aristóbulo Istúriz diga:

“Ellos nos liquidan o nosotros los liquidamos a ellos” con miedo y arrogancia, pero más de lo primero, Las encuestas tampoco los acompañan en esta oportunidad y mucho menos la expresión popular que palpamos a diario en la calle. Todo es un desengaño, hay que ir a votar para recuperar el país. De verdad que debe dar miedo mantenerse en el poder sostenido por intimidaciones y con la compra de armamentos innecesarios, muchísima gente anda armada y no debería estarlo, alimentando el parque de los delincuentes, y encaminando todos esos pertrechos hacia el hampa.

El mayor error de los camaradas es cuando señalan que la “revolución” está armada, no sabemos si para atemorizar a los propios venezolanos o porque se lo creen de verdad y cavilan ser los dueños de la fuerza armada, cuando las lealtades no se compran; se le puede pagar a alguien para que sirva de escolta o custodio, pero su lealtad se sabrá una vez que estén comprometidos sus intereses o los del protegido, y defina hacia dónde la enrumbará.

También se lo creyó Pérez Jiménez quien, dos días antes de su partida sostenía en una alocución que contaba con el apoyo irrestricto de las Fuerzas Armadas, y todos sabemos cuál fue su final. El otro gran problema son las últimas declaraciones de Fidel Castro, las cuales dejan huérfana a la “revolución” y a la falseada imagen que pretendían vender de la “isla de la felicidad”. Ahora todo está en la mayor ruina y sólo los salvaría un cambio de rumbo total, ya no les alcanza con el petróleo que le facilitan sus homólogos venezolanos.

Pero el miedo cunde en las filas del chavismo cuando ven las posibilidades de alejársele la “guanábana” como escribían antes o cuando saben que se acerca la época de rendir verdaderas cuentas a esta nación despojada, allí radica el máximo y efectivo miedo, lo demás no importa como el “socialismo del siglo XXI” ni cuáles venerables principios. Llegará la hora de la verdad donde habrá que aclarar en qué se gastó la hacienda publica, los obsequios al exterior y cuanto vandalismo se haya cometido. Aquí se halla todo, lo restante son agregados producto de una pésima administración, de gente torpe para el ejercicio de cargos públicos, por eso, se va la luz a cada instante, porque no saben arreglar las cosas ni con dinero adelantado, todas las evidencias están a la vista, como la ruina del campo, el cierre de empresas, la inseguridad, quizá el mal supremo que actualmente nos ocupa, la inflación que batirá todos los récords acabando con los bolsillos de los ciudadanos y no hay nada que puedan hacer para revertirlo en lo que queda de año. Sumando todos estos factores, sobradamente deben sentir muchísimo miedo los camaradas, advirtiendo que están cerca de su salida, allí estará el pueblo que se encargará de eso demoliendo con sus votos está nauseabunda “revolución”.

Así que, ese miedo arrogante nunca antes lo habían exhibido los chavistas porque nunca se habían sentido tan cerca del hoyo, es hoy cuando la gente empieza a reaccionar, cuando de nuevo la disidencia regresa a los cerros a llevarle un mensaje esperanzador a los pobres, cuando hay un horizonte para los olvidados y defraudados, siempre lo habrá para que los venezolanos puedan reencontrarse, para que de verdad puedan escoger personas quienes los representen y canalicen sus quejas. Este país nunca fue de un solo hombre ni aceptó calladamente los mandos militaristas, haciendo y deshaciendo. Venezuela es una Patria de tradición libertaria desde sus raíces, nadie cambiará la historia empañando doce años de ella. El miedo en estos casos es justificado, lo sufren los proscritos cuando los busca la justicia, es el que no prescribe ni ante la probidad ni ante el voto redentor.

Francisco Alarcón
http://2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=5287

Chávez si Chávez no

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Es el jueguito de siempre que aflora en la mente de los camaradas venezolanos, quienes se valen de su única carta llamada Hugo Chávez, pareciera que en el oficialismo no hay otras “figuras” para estos avatares y se conforman con la recomendación de su “líder,” quien los pone o los quita a su libre albedrío. Esas elecciones primarias del PSUV fueron como todas sus actividades una farsa para dar cierto aspecto de democracia interna; que no existe ni dentro ni fuera del oficialismo y de ello estamos al corriente todos los venezolanos. Las libertades están violadas desde hace doce años, y es precisamente lo que nos jugamos en los próximos comicios, cuando debemos dar un paso al frente y salir a votar masivamente, aclarando que en este país la gente no quiere vivir bajo la égida del comunismo sino en libertad y en un Estado de Derecho.

Quedan pocos días para la realización de las votaciones donde se escogerán los nuevos miembros a la Asamblea Nacional, esto significa un reto para la disidencia que ve accesible este resquicio, cual pudiera ser el comienzo de un camino hacia la libertad, una vía de cambio, de demostración de poder auténtico emanado del pueblo.

Chávez nada tiene que ver con sus correligionarios aspirantes a la Asamblea Nacional más allá del vínculo natural que los identifica, pensar que se está votando por él o contra él no está planteado en este momento; lo que se busca es la pluralidad en los poderes comenzando por el Legislativo. Aunque él asuma todas las campañas con “fervor” vehemente, esto no representará nada beneficioso para quienes serán los nuevos legisladores del oficialismo. En peor situación no se puede encontrar Venezuela después de doce años de abandono y desidia, tratando de imponer una “revolución” que nunca se inició, siendo el capricho personal que predomina de la forma más totalitaria, es el desenvolvimiento tosco y atropellador que tenemos que soportar con invariables argumentos, como “la revolución está armada” o cuando repiten que es una conspiración del Imperio o de la oligarquía que se conjura, además del inveterado “magnicidio” que quiere acabar con la integridad del líder del “proceso”; pues son puros artejos que los conocemos todos y que tenemos que enfrentarlos yendo a votar.

Frenéticamente, se acelera la campaña oficialista viendo cada vez más menguadas sus posibilidades y sin poder solucionar un solo problema, la inseguridad nos acogota a todos los ciudadanos y nadie se salva de ella, el problema de la electricidad sigue igual de vigente a pesar de que la represa del Guri se encuentre rebosante, hasta riesgoso es para el día de las elecciones si ocurren apagones generalizados, cuando todos los picos eléctricos del país estén en pleno apogeo, ojala no sea así pero nada de extraño tendría porque no hay alguien quien pueda garantizar la continuidad del suministro. Tampoco sería auspicioso que la desesperación del oficialismo los lleve a incurrir en hechos violentos, o en amedrentamiento porque la gente está dispuesta a defender su derecho al voto y saben de su importancia en estas elecciones. Si bien no existen figuras arbitrantes ni los camaradas están abiertos al diálogo es posible que los entendimientos se alcancen por las bases, cada uno sabe quién es quién, son suficientes doce años de martirio para estar al tanto que la Patria se nos iría más de las manos si no aprovechamos la coyuntura. Es la oportunidad para que las bases del PSUV se manifiesten también contra un pésimo gobierno, igual como lo hicieron en oportunidades pasadas cuando había alternabilidad en el poder. Ese llamado voto castigo pudiera funcionar en esta ocasión cuando las evidencias comprometen fehaciente a la peor administración de la historia de este país.

Apreciamos que la disidencia se halla en fecundo trabajo recorriendo los barrios como debe ser, la participación de Enrique Mendoza en la organización de movilizaciones y constitución de mesas nos parece una buena señal para que se cumpla una eficaz supervisión. El miedo claudica con su estela nebulosa para arrancar una campaña áurea después de doce años, donde peores situaciones no pueden acontecer con la cantidad de muertos que a diario causa la delincuencia, el miedo no será porque la revolución esté armada sino porque Venezuela pueda perder esta nueva oportunidad de reencuentro en combativa votación que, enseña a la vista, más simpatías por la disidencia que por el continuismo estafador “revolucionario”.

Francisco Alarcón

http://2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=5267

Elecciones “divino tesoro”


Siempre las elecciones fueron momentos de esperanzas aunque el panorama estuviese muy intrincado, a pesar de los cambios de circuitos, a pesar de todas las marramuncias en que se puedan pensar, serán invariablemente un instante de expresión y de reflexión. Si la oposición logra tener participación en todas las mesas y moviliza entusiastamente a su gente, eso vale tanto como el propio voto contabilizado.

Venezuela es otra ciertamente, pero pudiera cambiar a partir de las elecciones del 26 de septiembre con una colectividad militante que demuestre al oficialismo que no es mayoría tal como lo preconizan. Llamaría a la meditación a los propios chavistas tan descontentos como la misma disidencia, a los militares que custodian el Plan República como si fuera una tarea de la “revolución” y se involucran descaradamente en la política. Verán como en los cuarteles se vive una realidad virtual y que el pueblo venezolano es quien decide sobre la escogencia del Presidente, advirtiendo que la constitución nadie puede trasgredirla, ni se pueden recibir órdenes personales y cumplirlas como si se tratará del debido deber.

Las elecciones para la disidencia serán un “divino tesoro”. Si contundentemente salen a los centros de votación habrán librado una gran batalla frente a ellos mismos, ante la comunidad mundial, aunque no estén presentes las delegaciones internacionales que tradicionalmente supervisaron los procesos electorales cuando el talante era democrático.

Algo muy importante y que será el elemento nuevo en estas elecciones, será que todas las ventajas de favoritismo estarán a favor de la disidencia, excepto los grupos más radicales de la “revolución”, quienes se creen invulnerables ante doce años de fracasos y que al igual que los viejos partidos de la cuarta republica, no se dieron cuenta como las inconsecuencia se pagan bien caro y el instrumento es el voto. Antes la gente votaba con miedo por los controles posteriores que hace el oficialismo, hoy están conscientes que el voto es secreto y que en este caso es vital para su supervivencia.

Antes pensaban que el chavismo les solucionaría la vida: seguridad, vivienda, atención medica, alimentación, actualmente se dan cuenta que esto fue un cuento y que ocurre lo contrario, y tienen que votar para no perderlo todo, sus casas, sus negocios, su dinero en los bancos, evitar los cierres sistemáticos del régimen a través de los organismo recaudadores que tantas perdidas ha producido a los empresarios privados.

El voto constituye una salvación, ya la gente sabe que si Chávez no hizo nada que favoreciera a los venezolanos con los multimillonarios ingresos petroleros, ahora menos lo hará. La “revolución” dejó de ser un negocio rentable para convertirse en asiduidad detestable con cadenas interminables, con persecuciones y cierres de medio de comunicación, y esta sociedad es democrática. Democracia implica libertad y no libertinaje para que los malandros actúen a sus anchas y Caracas se haya convertido en la ciudad más violenta del mundo y con muertos a raudales.

Votar en esta encrucijada servirá para ganar la primera batalla que nos dirigirá hacia el objetivo central en el 2012, cuando ante unos camaradas desmoralizados; la disidencia podrá dictar pautas que se materialicen con la participación.

Está demostrado que los venezolanos no son proclives al comunismo o socialismo que son la misma cosa como lo aseveró Fidel Castro, cuestión que significa inseguridad, hambre, inexistencia de la propiedad privada y por ende vedadas las posibilidades de prosperar con un pueblo sometido, sin trabajo, sujeto a lo poco que el Estado le pueda dar como una libreta de racionamiento. Esto será lo que ocurrirá si Chávez sigue siendo beneficiado con los votos del miedo, antes en algunos casos habían quienes iban a las marchas de oposición e igual asistían a las oficialista, y a la hora de votar lo hacían por el oficialismo quien era su empleador o quien les proveía los negocios, en el momento es lo contrario su voto será para salvarse, para evitar que le quiten lo que hayan obtenido durante su vida o para no perder sus trabajos porque la “revolución” no da para tanto. Venezuela está quebrada, agotando sus postreras reservas y con gente capaz de gastarlo todo con tal de perpetuarse en el poder, importándole un bledo la desgracia ajena. Así que estas elecciones podrán ser un “divino tesoro” y la salvación de Venezuela.

Francisco Alarcón