DESVARÍOS “revolucionarios”

Viendo las rendiciones de cuentas de los funcionarios del Gobierno que no son tales, ni siquiera se parecen a los juicios de residencias, cuales se distinguieron en la colonia y sus interpelados tenían que dejar muy claro a dónde iban a parar los reales que manejaron durante su gestión. Ahora se convierten en actuaciones impregnadas de imprecisiones, por no decir de mentiras ya que rebasan cualquier ficción. Así lo hemos contemplado cuando un ministro señala que aquí no se construyó nada durante los cuarenta años previos a la “revolución”. O cuando observamos a diario las reiteradas fallas eléctricas que este único gobierno no les ha encontrado soluciones a pesar de haber gastado cuantiosas sumas de dinero en sus “mantenimientos”. 

LAS DICTADURAS cansan

Con lo ocurrido en Egipto y Mubarak parece ser que las dictaduras, sea cual sea su laya, empiezan a cansar a los pueblos. No importa que enarbolen el socialismo y quieran hacerlo el longevo pretexto para desbaratar una nación, igual da que sea una dictadura derecha y militarista. Todas se juntan al final en sus principios, milicias armadas, autoridad omnímoda, acaban con el patrimonio público en función de un proyecto personal, y después no quieren irse del poder e inventan los mil y un subterfugios. 

La vida no vale nada...

No me voy a referir a la célebre canción del compositor mexicano José Alfredo Jiménez, sino a la situación actual de inseguridad que vive Venezuela, y que bien podemos utilizar este titulo para signarla. En Venezuela la vida no vale nada ni para pobres ni para ricos, ni para la gente del oficialismo ni de sus detractores. Es de tal magnitud la crisis de inseguridad que las comparaciones con las guerras declaradas ya no causan ningún efecto que asombre a uno. El país se tiño rojo desde que irrumpió la “revolución” comunista y no sólo en el simbolismo de sus colores, sino en la sangre que derraman a diario los ciudadanos en la calles de cualquiera de sus lugares. Si seguimos así, el crecimiento vegetativo de la población será equivalente al de los interfectos que nos topamos, cosa que parece una exageración igual que cuando por primera vez alguno dijo que el hampa generaba más muertos que la guerra de Irak. Al final todos se acostumbraron a escucharlo y se convirtió en un lugar común sin que, impresionara a nadie ni siquiera al propio régimen para que hiciera esfuerzos por corregirlo.