Esa guerra no va!

Difícilmente Venezuela llegaría a un enfrentamiento armado con Colombia, a pesar de todas las conjeturas hechas y de los continuos ataques de Hugo Chávez a esa nación. Colombia es nuestro segundo socio comercial y de donde fluyen más rápidamente las mercaderías al país, los colombianos se han integrado atávicamente con esta Patria que originalmente fue concebida como una sola por Bolívar. Las FARC nunca fueron el trasfondo ideológico de ningún otro país latinoamericano, no despertaron ideas ni ilusiones para los pueblos vecinos, sencillamente fueron y son noticias que no pasan más allá de las infracciones. Pocos vinculan a Jorge Eliécer Gaitán con un Marulanda, la guerrilla colombiana es y fue un suceso no humanitario.


Podrá Chávez levantar su voz para el reconocimiento de su beligerancia, pero mal alcanzará su objetivo, el pueblo venezolano no le acompaña, ni sus instituciones legítimas se enfrascarían en una guerra injustificada. La disidencia poco se ha preocupado por la “guerra” conociendo los dislates del conductor de la “revolución”, que cada día se evapora más y él lo sabe. Tristemente el venezolano se ha acostumbrado al lenguaje soez y procaz que utilizan los oficialistas, sabiendo que la mayoría de las veces son puras necedades, pretendiendo inmovilizar a la disidencia. No creemos en esa guerra con Colombia, vemos el incidente como otra ficción con el fin de apartarnos de nuestra verdadera “guerra” por rescatar la democracia y sus valores.



Estamos en el advenimiento de unas elecciones regionales donde el panorama es incierto para el régimen, cuando declinan las simpatías hacia el “proceso”, cuando la nación va camino a la ruina, y las promesas se murieron, naufragando las misiones sociales, igual que los mercal centros de distribución alimenticios. Los módulos de barrio adentro padecen de idénticos malestares al resto de la atención médica pública, sin medicinas ni médicos, tienden a desvanecerse y como siempre el pueblo sigue desatendido. A esto, habría que agregar las incompetencias de un régimen que no sabe mandar, que nos condena al olvido viendo como las vidas se disipan. Todo desaparece o se cae y la responsabilidad es única e indivisible, correspondiéndole a su máximo dirigente. Semejante pasa con la guerra con Colombia, ¿quién acompañaría esta esquizofrenia?, pues opinamos que nadie, ni siquiera los fanáticos y mercenarios que le quedan a Chávez. La disidencia no ha mordido el anzuelo y se mantiene en el planteamiento que le atañe, rescatar la democracia, con incoherencia vemos arrancar los lanzamientos de candidaturas, se habla de una propuesta unitaria y no se concreta, sin embargo, pensamos que las bases se impondrán y llegaremos a ella, en su debido momento. La disidencia se aglutinará en torno a los candidatos de consenso.



Lo importante es que quienes pretenden desplazar al oficialismo se dieron cuenta que es en la calle donde se consiguen los adeptos. Los candidatos provengan de donde provengan ahora suben cerros y llegan a los confines antes vedados por “la revolución” y la gente de los barrios viendo el estruendoso fracaso de Chávez se acerca a oírlos; tratando de averiguar soluciones concretas al desabastecimiento y al alto costo de la vida. El 2 de diciembre fue un rudo golpe para el oficialismo, no sólo les mostró que si eran derrotables, también les dejó la huella de su fracaso y sus miserias. Poniendo al descubierto que la población de los barrios actualmente esta enterada de todo, de quienes son los ladrones, de quienes malbaratan el dinero proveniente de el petróleo, esos US$ 619 mil millones que no se vieron, en cualquier cerro o localidad lejana hay centros de comunicaciones, nuestros jóvenes conocen del acontecer y lo divulgan al resto de la ciudadanía. Están al corriente del juicio a Antonini y de la maleta voladora, que pronto arrojará resultados más contundentes y veraces que las ofensas de Chávez a nuestros vecinos, por ello, insistimos en que esa guerra no va, la lucha es aquí por nuestra libertad.

Francisco Alarcón

También publicado en Noticiero Digital, Venezuela Analítica y en España liberal

¿AGUANTARÁ la “milagrosa” Pdvsa?


El venezolano no pierde la esperanza y derrocha hasta el final su buenaventura. Algunos todavía se aproximan a Hugo Chávez para hacerse “ricos”, importándoles ponerse su camisa roja y asistir como bufones a las convocatorias oficialista. Poco les interesa Venezuela, pero seguramente cuando los rigores lleguen hasta sus bolsillos como ha empezado a suceder, procurarán el viraje definitivo dando al traste con esta pésima administración, por decirlo moderadamente. Pdvsa nuestra industria sostén y “milagrosa”, que ha servido hasta el día de hoy para todo no se le conocen sus interioridades, ciertamente le vale al régimen de manera abundante para la venta de los hidrocarburos y actualmente de alimentos. Ella financia cualquier ocurrencia de Chávez, y a la par complace a sus socios foráneos. Le dan duro y cada vez le extraen más de su producción, pero las cosas van cambiando y en la actualidad la industria deberá cumplir con obligaciones contraídas durante el 2007, que alcanzan a US$ 16.006 millones y en el transcurso del año pagará US$ 2.877 millones. Adosado a esto, difícilmente se mantendrán los niveles de precios del crudo de ser riguroso el decrecimiento de la economía americana, posible las severidades sean mayores y Pdvsa comience a extinguirse. Una industria que pertenece a todos los venezolanos y su ingreso se malgasta; qué pasará si pasamos de productores a deudores, y se cumplen todos los vaticinios adelantados por diversos analistas. Por supuesto, la quiebra del país sería inminente, rebasando de “ricos” a menesterosos de la noche a la mañana, los hazme reír del mundo, sofocados por las “glorias” del “puntilloso” Hugo Chávez. Él abrió su “caja de Pandora” hace tiempo, brotando todas las miserias y desastres “socialistas”, quedando solamente la esperanza de que algún día podamos recobrar lo perdido. Esa “esperanza” bifocal del venezolano que, le gusta vivir del gobierno y ser al mismo tiempo de la oposición, simplemente no es conjugable.

La lección no la aprenden a pesar de haber transcurrido diez años desde que la “revolución” nos alcanzó, las respuestas de la disidencia-país siguen siendo incoherentes, sabiendo que nos avecinamos cada vez más a las tinieblas, y quienes se hayan enriquecido durante estos años de la misma forma perderán sus réditos en un santiamén.

Eso de estar repitiendo las cosas, abrazando los pleonasmos lo hacemos sin ánimos de mortificar, advirtiendo como tenemos encima los conflictos más severos, y queremos taparlos con unas vacaciones o encomendándonos al Señor.

Los cambios tecnológicos para sustituir el petróleo como fuente de energía ya están en marcha, los automóviles del 2008 traen motores eléctricos, y será con la industria automotriz tan floreciente por donde comenzarán a verse las restricciones, cuando reduzcan su producción y empiecen a adaptar los nuevos modelos a las técnicas modernas. Pdvsa además de estar mal conducida, languidece y siempre fue ella el sostén y salvación del país. Qué haremos cuando la empresa comience a declinar más, continuar pensando que a Chávez no le han dado tiempo para gobernar o esperaremos conservar nuestro petróleo en lo más profundo de la tierra mientras el planeta cambia y avanza con sustitutos

La cosa será más sería de lo que nos imaginamos, de originarse una recesión mundial, sin producción interna, con industrias destruidas por el régimen, viviendo de las importaciones, seremos golpeados con mayor escasez, y ni con dinero lograremos comprar los bienes y servicios necesarios. Mientras esto ocurre y el resto de los países se preparan, nosotros seguimos contemplando la destrucción de Venezuela desde distintos contornos. Pues llegó la hora de ajustarse los cinturones, si la milagrosa Pdvsa entra en barrena, habremos perdido todos nuestros activos, y pasaremos a ser una nación de esclavos, después que fuimos largos años ricos por esa maravillosa empresa que hoy el régimen malbarata. O tomamos las cosas responsablemente, o sucumbiremos con el trasero rojo, rojito.

También publicado en Diario 2001, Noticiero Digital, Venezuela Analítica y España Liberal