¿Qué sabrán los boliburgueses?

Cuando veo la proliferación de negocios como las compras de empresas aseguradoras, bancos y otras cosas por parte de afectos al gobierno, me pregunto ¿qué sabrán ellos que no se yo? Será que estamos en la etapa última de la “revolución”; auge y caída, y pronto estaremos enrumbados hacia una sociedad capitalista donde emergerán estos nuevos magnates, dando al traste con el “proceso”, vía que sirvió para que muchos limpios obtuvieran excesivas riquezas? Serán estos los oligarcas del futuro que aprovecharon los diez años de la fiesta petrolera?

Es extraño cuando miramos la enorme contradicción entre las nuevas “leyes” que aprobarán en la Asamblea Nacional y el mundo capitalista que bordea la “revolución”. ¿Será que la gente no lee los periódicos y el Internet está circunscrito a un grupito de “fanáticos” que intercambian sus descontentos y reveses?

Los “cursos de verano” que actualmente dicta Chávez a sus más humildes servidores desde el teatro Teresa Carreño, estimulan la pobreza y la honestidad enmarcados en el más ortodoxo comunismo, cuando advertimos en su entorno florecer esa boliguersía que, sin recatos compite con el Estado en la compra de bancos, medios de comunicación y compañías de seguros. A quiénes les prestarían sus servicios en una sociedad comunista, hacia donde van dirigidas sus pretensiones, cuando se supone que la atención medica y hospitalaria debería ser gratuita? Extrañamente se plantea una antinomia con el Estado, observando el crecimiento monopólico de los nuevos burgueses, asumiendo la cartera bancaria. ¿Será que la “revolución” estólida no lo percibe? ¿o será qué los nuevos capitalistas saben algo que el común de los venezolanos desconocemos… Para cuándo?
La otra pregunta estará sobre los cambios en la “Ley de Educación” que hasta hablar de patria potestad será prohibido, y como muchas otras cosas que ocurren en este país su sola enunciación será penalizada. Seguramente las reformas vendrán en tiempos de vacaciones y de asueto. Para toparnos con ellas al comienzo de las clases; así ocurren las cosas con contrasentido vigente y violatorias de cualquier normativa normal.

La lucha será entre boliburgueses y los revolucionarios de “corazón”; los grupos “revolucionarios” que llenan las graderías cada vez que su jefe habla, en cercanos instantes rechazarán el aburguesamiento de sus camaradas.

Si se impone la línea comunista en el PSUV, los boliburgueses no tendrán a quienes venderles sus servicios y pólizas, ni sus bancos hallarán con quienes transar, se estrellarán con en el mundo real que planifica la Asamblea Nacional con la aprobación de leyes de implícitos comunistas. El oficialismo se juega la posibilidad que el petróleo suba de nuevo a precios milagrosos, capaces de salvar cualquier brecha económica, signada por una recesión y por el aumento de la deuda pública. Todos queremos que los precios del petróleo suban pero no para que se enriquezcan minorías elegidas por la “revolución”. Llegará el momento de exigencias, el poder económico será definitivo y quien tenga más, valdrá más. Si los comisionistas del “proceso” son los poderosos, Chávez tendrá que plantarse en duelo contra ellos, pues su comunismo no irá hasta tanto ellos no desaparezcan.

Volver a la democracia implicaría presentar cuentas de esas riquezas fortuitas. Mantenerse en el campo “revolucionario” significaría la devolución voluntaria de sus bienes, cuando la parafernalia del gobierno es la centralización con entes únicos. ¿Dónde reunirían tantos boatos y caballos de pura sangre si “revolución” es sacrificio y austeridad? ¿Para qué tantos seguros si la población debería ser beneficiada con servicios públicos gratuitos? Por eso me pregunto, como tantos venezolanos, qué será lo que los boliburgueses saben y que los demás no sabemos…

Todos los ciudadanos tienen el mismo derecho a la supervivencia y si aquí conviven boliburgueses con gente muy pobre en las filas oficialistas, de igual manera debe suceder con todos los ciudadanos. De otra forma esto implosionará cuando entren en conflictos las partes que hoy se disputan la dirección de la “revolución”.

Francisco Alarcón

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La "revolución" sigue desarmada

Esta “revolución” mostrenca sostén de Chávez está desarmada de viga moral, de cualidades e ideas. Rebasó sus diez años como mismo llegó, sin nada que aportar y sin nada que mostrar. Puros empellones, atropellos a la democracia, desesperada por implantar un régimen comunista. Seguimos siendo el himen de Cuba, todavía no se ha establecido la “dignidad” revolucionaria como en la isla, porque no la hay. Tienen todos los recursos a su disposición, pero el material humano no está dispuesto a sacrificar sus conquistas de esta década, obtenidas en despilfarros inconmensurables para ofrendarlos en aras del “proceso”. Poco ha cambiado el pensamiento del venezolano de la cuarta república, igual sigue, escoltando a Chávez en sus veleidades comunistas. Arrollando desde el Teresa Carreño o en marchas y contramarchas para derrotar a su enemiga invisible la “oligarquía”. Que no se halla desde los tiempos coloniales, la oligarquía contemporánea es la que hoy le acompaña, y la misma que siempre estuvo presente en cualquier otro gobierno democrático. En este país no cambian ni siquiera los rostros, simplemente se modifican los colores de los atavíos.

He pensado que será difícil para Chávez consolidar su modelo réplica del cubano, a pesar de no contar con una resistencia organizada y de mirar a los “bastiones” de la oposición como muertos, aunque los hayamos apoyado con el voto y muy posiblemente lo volvamos a hacer, hasta que por fin surja algo claro que constituya un movimiento emancipador de la casi monarquía oficialista, escarpada en los monumentos del marxismo y más corrupta que todos los corruptos precedentes.

Esa “revolución” mil veces esbozada por Chávez sin conseguirle un significado y profusamente armada según sus propios criterios, frente a un país rendido que no piensa más que en su propio beneficio y peculio. Esperando les tiren algo, o de lograr un contacto que los encumbre a la cima de la riqueza, aunque haya que sacrificar lo que no debe sacrificarse.

Por eso se burla el “líder revolucionario” levantado bajo esas “doctrinas”, y conociendo muy bien el mundo rastrero, nuestro o vuestro. El país movido por el billete, de donde parten sus noblezas y sus miserias. Nada más enaltecedor que los billetes, vengan de donde vengan. He allí, la dificultad para consolidar la cubanización en Venezuela, pues la oposición no está en las calles cumpliendo su rol auténtico, sino en los despachos y oficinas gubernamentales y en el propio oficialismo. Son los mismos de ayer con distinto eufemismo.

Qué pasará en adelante con tantos anuncios sin que se cumplan a cabalidad, cuando los caprichos opositores y no opositores son casi iguales. Cuando la “revolución” no existe y el camino empedrado del comunismo no le sirve ni a los chavistas ni a los no chavistas. Bueno, veremos un desenlace dentro de las propias filas PSUV, mayor partido de la “revolución” y al mismo tiempo mayor partido opositor al régimen; de sus entrañas en algún momento brotará la lava que acabará con las pretensiones hegemónicas de su jefe. La gente se cansa de la inseguridad, del alto costo de la vida, de la escasez e inflación, esto es válido para todo el mundo. El comunismo es miseria y actualmente se dan cuenta sus mismos enaltecedores que, la ruina también los alcanzará.

Las protestas que a diario se suscitan en forman espontánea, mayormente provienen de allí, de las bases sociales que se identifican con Chávez, viéndole como una “deidad etérea” sin que les resuelva sus problemas. Llegando a los períodos de fracasos que ya ocurren con bastante reiteración. Por ello, estar bufando engaños o ufanándose de que la “revolución” está armada no es suficiente para la instauración del comunismo.

Faltándole las cosas primordiales que nunca tuvo el llamado proceso, arrastrado por las negaciones ideológicas y pragmáticas. Sólo se sabrá si esta paradoja comunista es viable llegado el momento de la verdad aunque sea poseedor de todas las armas de la república. Por eso, creemos que la “oposición” será la propia con sus debidas consecuencias.

Francisco Alarcón

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GLOBOVISIÓN los tiene locos

Nunca antes se vio tanta saña para cerrar un canal de televisión; cuando lo hicieron con RCTV todavía se conservaban ciertos modales democráticos, y hasta el último momento Chávez sostuvo era una medida administrativa. Se disputaba en ese tiempo “la lucha” contra una gran corporación de igual arraigo y tradición entre el público que el oficialismo, repercutiendo su cierre como un gran error para un gobierno “democrático”. Mientras que con Globovisión se vislumbran otros sentimientos, es el desafío de Goliat contra la honda de David. Hay una desproporcionada inquina del régimen contra esta estación que los mantiene “locos” sin lograr por vías lícitas y justificables su clausura. Han buscado entre los meandros para concluir en una multa multimillonaria. Es posible que la cierren, es posible que para cuando salga mi artículo ya esté cerrada. Pero será el mayor yerro obsesivo de este “proceso”.

Globovisión ha fungido como la fáctica oposición al régimen, muchas veces, la dirección política nació de sus iniciativas, de la cobertura a los eventos de la disidencia, de sus productores. En ella convergen las acusaciones de opositores y oficialistas, hubo siempre espacios para todas las corrientes políticas. Invariablemente mantienen una línea discrepante al régimen y, esto es lo que no le perdona Chávez, que muestren la cruda realidad de Venezuela, sus vilezas, la represión, ruina y su desmayo moral.

Estoy casi seguro como muchos otros venezolanos que, llegará el instante del cierre de Globovisión, no hay otra “solución” para un gobierno que no permite la disidencia, será el paso decisivo para actuar a plena impunidad, ocultándole al mundo las oquedades de la Patria. Será la consolidación del autoritarismo, impuesto mediante la intimidación, el silencio se cernirá sobre el país y pasaremos quizá al olvido. Después de este camino, vendrán las mayores conculcaciones a la libertad de expresión, se dirigirán a las individualidades, a los medios de comunicación escritos. Tratarán de borrar cuanto vestigio de cultura existió. Tratarán de consolidar el comunismo, seremos otro “emporio” donde sólo prevalecerá una sola voz, la del oficialismo a través de únicos voceros como en Cuba el Granma. Será Chávez el “magnífico” portavoz y ejecutor oficial, no habrá ni huequitos para sus compañeros de “revolución”, la monotemática se adueñará de nuestra información. Seremos el segundo “país libre de América”. Formaremos parte de las entrañas cubanas abiertamente. Morirá lo poco que nos queda de libertad, a lo mejor estimulando el nacimiento de una auténtica disidencia que se resista a la acracia. Será como las épocas que Venezuela no quiso vivir con lóbregos pasajes en su historia, renacerán con mayor vehemencia lo que fueran episodios de los Monagas, Guzmán Blanco, Gómez, etc.

En silencio será más fácil ocultar el fracaso del régimen, los presos políticos permanecerán aún más en el olvido, las denuncias desaparecerán del ámbito televisivo. Probablemente igual será la disipación de otras formas de lucha democrática.

No habrá más entrevistas, se impondrá la autocensura hasta que logren controlar todo, destruyéndolo o arrollando con medidas “impositivas”. Ni una mosca podrá hacer ruido sin que termine presa. Venezuela callada, cuando sus bastiones de información estén cercenados, como RCTV y Globovisión.

Las caras jóvenes de la denuncia oportuna, no estarán a nuestro alcance, será un modo nuevo de prohibiciones, siendo Globovisión expresión de esta época, de nuestra juventud y de otros menos jóvenes; de allí parte su ímpetu en defensa de la emancipación. Eso se ocultará cerrando sus instalaciones y seguirán “locos” con sus consecuencias. Se dará cuenta el oficialismo que la democracia únicamente no beneficia a los escalpelos de la disidencia sino también a ellos. El silencio será para todos, no sabremos donde no llega el agua, ni donde falla la luz, ni sabremos donde están nuestros muertos ni nuestros vivos. Se habrá impuesto la mordaza y tendremos que buscar nuevas vías para nuestra información.

Francisco Alarcón

http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=3861

Haga su revolución de una vez

Nunca he visto una “revolución” que tarde tanto, teniendo todo el poder en sus manos y la disposición de hacerla. Con anuncios diarios y las consecuentes amenazas, atormentando a la población sin saber qué sucederá mañana con sus bienes y pertenencias. Mao, no la hizo así en China, Lenín consultaba al Partido Comunista ruso y Robespierre fue más arrollador en Francia. La historia no está hecha a plazos predeterminados por un sólo individuo, y las revoluciones se hacen o no se hacen. El Che Guevara y Fidel arrancaron su “revolución” sin detenerse a rendirle cuentas a nadie, al comienzo con cierto pundonor, las peroratas eran para justificar las medidas y no a la inversa.

Por qué si el presidente Chávez lleva diez años queriendo hacer una revolución y dice contar con las mayorías populares no la hace de una vez, nadie lo detendrá desde el poder central, quienes han mostrado hasta ahora bastante obsecuencia.

Chávez debe cumplirles a sus correligionarios cerrando cuanto medio de comunicación le estorbe, sin buscar tantos alegatos, que si no pagan el derecho de frente o tiran los desperdicios a la calle. Sin delegar en Diosdado ni en otro funcionario del régimen. Esto es una “revolución” y quienes vayan en contra de ella son sus “enemigos”. Al final, todos los alegatos “legales” de nada le servirán para el mundo civilizado y democrático.

Lo mismo ocurre con las leyes que va aprobando la Asamblea Nacional, donde se revierte la decisión soberana de una reforma rechazada el 2D. Empiece a expropiar a todos los burgueses de este país, sin misericordia alguna. No permita más latrocinios y entregue una libreta de racionamiento bien implementada, que a lo mejor da oportunidades de obtener los productos de primera necesidad, que actualmente no se consiguen por ninguna parte; sincérese con su “pueblo” y con el resto de los venezolanos que se dejan bajar los pantalones sin ninguna protesta.
Comience simultáneamente a crear una red social de atención hospitalaria, acabe con la inseguridad, haga lo que hizo Fidel con los malandros en Cuba. Termine de centralizar el poder no permitiendo que el hampa le malogre su “revolución”.

La oposición casi no existe, está tristemente desvencijada, no sabe asumir su responsabilidad histórica, los estudiantes en pírricos anuncios y movilizaciones no han logrado cristalizar un movimiento con fuerza. Las personas que como yo escriben no “tumban” gobiernos sino se concretan a dar sus opiniones, y si también le estorban hágaselo saber a los dueños de los medios o ciérrelos. A pesar de que no hay nadie en este país con juicio sano que no desee una reconciliación entre los ciudadanos y la pacificación de Venezuela.

Por ello, me tomo la libertad de sugerirle que está en su tiempo para llevar a cabo su “revolución” aproveche los aires a su favor, la luna y los recursos. Olvídese de adecos, copeyanos, etc. De encuentros entre intelectuales y académicos, y échele bolas.

Me gustaría ver el final de está “revolución” planteada como una novela por entregas, sin que alcance su desenlace tras diez años de anuncios e intimidaciones. Los personajes están, la trama existe lo que no termina de abreviarse es la última etapa.

Los capítulos intermedios ya son trillados, con el argumento de ¡me voy a salir de la OEA! Y Así tantas cosas que ocurren con su mundo externo, difícil de engranar cuando se le escapa un gazapo en la reunión con Lula, y después tiene que pedirle disculpas a Cristina Kichner. Cuando la industria señera de este país anda pidiendo prestado a todo el orbe y no logra ni abastecer el mercado interno. Bueno, eso no lo digo yo únicamente, sino aparece publicado por todas partes.

Venezuela era un tesoro para sus habitantes, nacidos en su suelo o no. Hoy es un aprisco, que a lo mejor necesita de esa “revolución” que lleva diez años gestándose, al final su aprobación o reprobación descansará mayoritariamente en los seguidores de su líder. Lo cierto es que hasta las revoluciones se pasan de tiempo entre tantos manoseos, son como las carnes en braza que pueden chamuscarse sin estar cocinadas.

Francisco Alarcón
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