Miedo a la devaluación

Por qué será que el Gobierno le tiene tanto miedo a una devaluación ajustada a la realidad del país y la sola palabra los espanta, cuando en la práctica son muchas las que han consumado a través de otros mecánicos como la conversión monetaria, habiendo envilecido nuestro signo monetario. Pensaron que de esta manera la gente se acostumbraría a nombrar cifras elevadas como exiguas, y al mismo tiempo poderosas con el adjetivo de “fuerte”. Así devaluaron y pretendieron controlar la inflación. Pero hay realidades inevitables, actualmente apreciamos que fue una burda maniobra y que esos bolívares “fuertes” valen muchísimo menos que los de antes. No les funcionó la conversión monetaria ni pudieron frenar la inflación. Venezuela es un pozo séptico desde que comenzó esta “revolución” y los plazos para reconstruirla serán históricos. Igual pasa con la economía, la única manera para que haya crecimiento será vigorizando a la empresa privada. Pero este régimen no sabe construir sino destruir y su “mayéutica” revolucionaria los conduce al fracaso, cuando desmontan las bases de la economía y atentan contra la propiedad privada.

Difícilmente podrán recomponer algo y lo poco que lograrán será con una pesada deuda pública para tratar de palear los malos servicios gubernamentales, escasez de agua, desestabilización de la electricidad, falta de mantenimiento de las carreteras y vías, entre otras. Chávez no se prepara para arreglar el país que el mismo arruinó, sino para comenzar una nueva campaña electoral, y para ello necesita de fondos para continuar pagándoles las obvenciones a sus misioneros y reservistas. La estimación de 40$ el barril de petróleo, como base de cálculo del presupuesto de 2010, no es una medida conservadora ni de austeridad para utilizar el diferencial en inversiones productivas o en ahorro, sino para costear la nueva empresa electoral que se avecina con las elecciones parlamentarias. Ya lo veremos diciendo que hubo un superávit en los precios del petróleo y que hay reservas excedentarias, y las traspasará a los bancos del Estado para utilizarlas discrecionalmente. Es la misma historia del pasado con la diferencia de que actualmente está empeñando el país, y rematando sus activos. Viendo que lo más importante es su continuación en el poder. El anuncio de las medidas económicas fue un timo al público, a las instituciones y al resto del mundo, después de advertirlas, no describieron nada y se rieron de la gente.

Qué medidas alcanzarían tomar si ya todos los subterfugios los han utilizado y lo primero que aclaran es que no devaluarán ni subirán la gasolina. Es el miedo a que la gente se percate de la verdad. Sin embargo, tuvieron que aceptar lo que dijo el Fondo Monetario Internacional, que este país sería el retrogrado de Latinoamérica y que no habría crecimiento. Ni siquiera el 0.5% que nuestro Presidente había anunciado, ahora la realidad le señala que será ninguno el crecimiento de la economía. Y de la inflación no hay mucho que hablar, observando la calle miramos como crece a diario, acompañada con la escasez de los productos básicos. Son días conflictivos los que se avizoran y ojalá por bienestar de la población, el gobierno logre mantener el suministro de alimentos, agua y electricidad, además de las medicinas.

Otro de los tantos puntos oscuros de este “proceso” es su empeño en traer cubanos para solucionar la parafernalia médica, y de no ocuparse en mantener las instituciones establecidas sino dejarlas en el abandono. Entonces que más devaluación podemos esperar en un país donde todo está devaluado, comenzando con el signo monetario. Que nos ayude el Señor y debemos encomendarnos a él con devoción, porque las medidas del régimen nunca darán resultados. Y ver a los ministros de la economía haciendo anuncios que no lo son, constituye una parodia para el pueblo venezolano, mil veces burlado, y queriendo achacarle las causas de nuestros males a la crisis económica mundial, cuando aquí se le regaló a Evo Morales, a Daniel Ortega a Cristina Kirchner, a Correa y a Lula lo que hoy tanto nos hace falta. Compostura señores que al pueblo se respeta.

Francisco Alarcón

http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=4284
También en el The Americano, Noticiero Digital y Venezuela analítica

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