La gran paradoja de Chávez

Hemos visto encuestas publicadas, donde la desaprobación del gobierno es casi total y los problemas sustanciales son la inseguridad, escasez e inflación. Sin embargo, cuando hacen los desgloses aparece Chávez con una” popularidad” crecida, cuestión totalmente incomprensible, cuando él es el responsable indivisible de todo lo acontecido en estos últimos años. Pero podría tener su justificación en un país donde han predominado los nombres y no las ideas ni las políticas. 



Se cree que Chávez sigue siendo la opción menos mala para quienes mantienen negocios con su gobierno, empleados públicos o miembro de una misión, y piensan que perderán estas prerrogativas ocupacionales en caso de un cambio. Pues las cosas no son así, esta patria no está polarizada entre los pasados partidos políticos y Chávez como él ha pretendido hacerlo ver, ni él es avalista de una cierta paz. Tampoco si sale del poder habrá guerra y los cerros bajarán, contrariamente las cosas pudieran ser a la inversa con su salida, ciertamente Venezuela se normalizará y regresará la convivencia en paz, y volveremos a ser un país soberano y prospero. Pero tenemos que estar claros, el problema no son los hombres ni sus apelativos como individuales indefectibles, sino el equipo que se constituya para la reconstrucción de la nación. Las encuestas son como los termómetros indican los grados de la fiebre, pero no determinan cual es la enfermedad que la produce. Así está pasando con el gobierno de Chávez, cuando lo miden con el termómetro social está en lo más alto de la desaprobación; no obstante, en algunos casos no ven a Chávez como la enfermedad terminal que la causa sino como a su “redentor”. Él quiso sembrar su identidad como la del salvador, y protector de los pobres, estigmatizando a los opositores negativamente, fulanos de tal son los enemigos. Venezuela es una e inseparable y serán todos los venezolanos los responsables de lo que suceda de aquí en adelante y no una “idiosincrasia” o entelequia llamada “revolución” 


Se requerirán de políticas e individuos idóneos para su restablecimiento y “pacificación”. Sólo en la mente de Chávez cabe que él es nuestro “liberador”, por eso nos ha llevado a donde estamos y algunos no quieren entender la paradoja de los guarismos, unida con las pasiones que muchas veces obnubilan. Aquí se confundió una revolución invisible, abandonando íntegramente el país con persecuciones políticas, y una nueva manera de abordar la dictadura como “democracia participativa y protagónica”. Cuando tal cosa ni existe ni existirá, porque en si encierra una contradicción o antinomia de carácter dialéctico. 


Democracia es democracia y dictadura es dictadura sin que haya una unidad de contrarios, que nos lleve a la perfección de que ambas puedan combinarse. Un solo hombre puede destruir un país, pero para reconstruirlo se necesitarán de muchas voluntades, que deberán empezar por devolverles la seguridad jurídica a los inversores para rescatar la actividad privada. Seguramente priorizando la recuperación de PDVSA, de la agroindustria y de las empresas privadas para que retornen a operar con normalidad, y para que muchas de ellas regresen; mejorando el abastecimiento, producción y empleo. La nación cambiará al retomar su soberanía, cuando no tenga que depender del resto del mundo para su alimentación. 


Ciudades colombianas como Medellín y Bogotá fueron otrora antros del terrorismo, empero se lo logró con políticas inteligentes restituirles su seguridad. Con las salida de Chávez no vendrá el diluvio sino será el preludio de la Venezuela prospera y concertada


Francisco Alarcón Twitter:: @falar04
http://www.diariolavoz.net/seccion.asp?pid=18&sid=429¬id=375672

No hay comentarios.: