
Ya lo hizo con PDVSA. Entretanto Venezuela está hundiéndose, con las lluvias recientes hay pueblos que permanecen bajo las aguas, las carreteras en franco deterioro y la infraestructura física en destrucción. Si señores, estamos peor que antes, en estos casi diez años aumentaron los niños de la calle, los malandros y andrajosos. La “revolución” no ha disminuido en nada la pobreza y desempleo, todo está a la vista para quienes quieran constatarlo, la verdad es inocultable, desde las calles hasta las cárceles. La violencia es inaudita, los asesinatos y robos van en expedito aumento. Quienes manejan las cifras parecen reflejaran los índices de otra nación sin correspondencia con Venezuela.
Pero tenemos un presidente que gasta dilatadamente en su boato, que hace turismo por el mundo en un carísimo avión, y sus visitas a otras partes en la mayoría de las veces no son oficiales sino personales, apareciendo coleado en cualquier sitio.
Con el control de cambio detuvieron las compras de insumos para quebrar a las industrias privadas, ancló el dólar mintiéndole a todos sobre su real valor y ahora viene la reconversión monetaria para maquillar la inflación. Los precios en las últimas semanas se han incrementado en un 100%, las amas de casa lo viven a diario viendo cómo la inflación se disparó. El comercio formal e informal se contrae con la subida de los precios, y poco podrá hacer el régimen aunque trate de esconderlo, siendo la escasez de alimentos y medicinas evidente y penosa.
Mientras tanto existen los vivos que hipotecaron sus familias y su patria para tener un vehiculo de lujo y cargar un laptop de última tecnología. En el informe de la OPEP sale Venezuela produciendo casi dos millones y medio de barriles diarios, suficientes para mantener a la boliburguesia chavista y regalarle el resto a los países aliados en “enfrentar” al Imperio. Manteniendo a los cubanos y a otros vecinos derrocha la renta petrolera de todos los venezolanos, el presidente más caro del mundo. Es incomprensible esta regresión y paraplejía de Venezuela, mientras Chávez ha recibido US dólares 500 mil millones sin que sepamos donde fueron a dar.
Tampoco el petróleo se “siembra” no hay como demostrarlo, la “revolución” no crea sino destruye, los créditos otorgados van a parar a manos de los nuevos ricos, sin retorno ni inversión. Las “obras” inauguradas fueron a medio acabar en momentos electorales precipitadamente y tendrán que ser reconstruidas algún día para conservarlas. Quizá, lo único atribuible a este régimen sea el viaducto de la Guaira, terminado después de haber dejado caer el anterior por no hacerle las reparaciones y mantenimientos oportunos. Pero tenemos el presidente más caro del mundo, quien se jacta en la vacía retórica de estar erigiendo una nueva Venezuela bajo un esquema socialista, el hombre nuevo esclavo, ajustándonos a la realidad.
“Nuestra” industria petrolera no alcanza sus metas de producción en contraste a otros países, disminuyendo su potencial de crecimiento en un 40% aproximadamente, viendo como otras naciones si invirtieron sus ingresos en obras perdurables y no botando el dinero. Ejemplo de ello, tenemos a Arabia Saudita, esa monarquía casi feudal que desde 1987 al 2007 duplicó su producción, y sus logros están a la vista, el petróleo caro les ha servido para el crecer y desarrollarse. Antes distinguíamos paisajes bucólicos y camellos, esos lugares fueron transformados en emporios turísticos extraordinarios al estilo occidental, con una vialidad y construcciones súper modernas y en pleno bienestar. Y “nosotros” alcahueteamos y conservamos al presidente más caro del Mundo. ¿Qué les parece?
Francisco Alarcón
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