
Comentándose que en ciertas áreas su influencia es determinante, en los mandos militares no respetan las jerarquías, los servicios de identificación y registros públicos se encuentra intervenidos por los camaradas cubanos, y cuántas cosas habrá que no son del dominio público. Así nos invaden, con la anuencia del régimen, así vamos perdiendo nuestra identidad, cuando los chavistas se prestan para tal deshonra. Al unísono, vemos como nace la riqueza propia de los mercenarios en tierra ajena, recompensando sus sinecuras a individuos que, hasta hace muy poco vivían dentro de la modestia que les correspondía, ahora son premiados con vehículos, aviones de lujo y/o pagos en efectivo. Es la Venezuela que percibimos enigmáticamente en la calle como próspera, la que contrasta con la pobreza mayoritaria, la que compró los servicios de nuestros compatriotas para convertirlos en delatores y matones de sus propios parientes. En cifras contables, advertimos como se incrementan las ventas de vehículos nuevos, los vemos a diario en las vías, ese contraste existencial con las camionetas de lujo y a su lado durmiendo en sus cartones un mendigo.
Lo que antes fue un signo de prosperidad compensatorio al trabajo, actualmente se confunde con los dineros mal habidos en inversiones de los mercenarios. Es la manera, entre otras, como procura ganarse adeptos Hugo Chávez y sembrar a Venezuela finalmente con su comunismo. Un país infestado hace rato por individuos pertenecientes al mundo de la delincuencia; aquí entró libremente Montesinos, y transitan a diario cubanos, iraníes, etarras, colombianos investigados por la justicia. Disponible el tiovivo para sujetos que no vienen con fines pacíficos, el comunismo no tiene fronteras, hermanando a forajidos de todas las nacionalidades igual que el narcotráfico. Hallando en la actualidad y en plena campaña electoral un auge inusitado de extranjeros traídos por el régimen. Los venezolanos debemos estar alertas, evitando la destrucción del país y su nacionalidad, expresándole contundentemente a Chávez que no aceptaremos jamás su comunismo ajado; que no toleraremos nos sigan expoliando de nuestras riquezas, que queremos continuar coexistiendo en democracia y que Venezuela no será una extensión de Cuba.
A nuestros compatriotas y a quienes todavía sigan afectos a este inexistente proceso revolucionario, aún obrando de buena fe, que abran los ojos, pues la patria está a punto de zozobrar con lo poco que queda de democracia. Chávez pretende comprar conciencias con sus aparentes prebendas para dar su zarpazo final. No vale más un vehículo nuevo que la libertad, ni un sórdido aguinaldo lleno de mala intención, pretendiendo obnubilar las mentes de los más humildes. El país se acaba y debemos evitarlo, con valor y dignidad. Las sendas democráticas están todavía abiertas para expresarnos y el camino hacia la liberación se vislumbrará mientras podamos resistirnos. Sin acertar la solución a nuestros problemas enterrando la cabeza, o abstrayéndonos de lo que nos rodea. Tenemos una nación totalmente recuperable, donde podemos convivir en paz, siempre y cuando afrontemos al comunismo decididamente.
Será el tres de diciembre una fecha oportuna para pronunciarnos, para votar y defender nuestros votos. Así los venezolanos no seguiremos haciendo el papel de mercenarios en nuestro mismo suelo.
editado en el diario 2001
el día de hoy
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