Siempre con el plan B


Todos los procesos que transita el oficialismo están signados por un "plan B", contrariamente a la disidencia que discurre dentro de los linderos de la democracia, y de la "obsecuente" vocación a vivir en paz. Estando al final de la campaña electoral y contando con un excelente candidato, "la oposición" busca alcanzar el poder a través del plan A.

Ésta es la gran diferencia de los demócratas, siempre ajustados a escenarios sinceros, siendo habituales a coexistir en libertad, esa inalienable libertad que no deseamos enturbiarla con la violencia.

Hugo Chávez es un conjurado de oficio y no puede comunicarse con las masas, siendo ahora más visible en la campaña electoral. Desde hace tiempo se entregó a estrategias comunicacionales teledirigidas, con sus Aló, Presidente, mostrando su indisposición a entenderse con la gente en forma directa.

Entretanto, Rosales arrancaba su campaña como debe ser, en las calles y en los foros públicos. El presidente-candidato, no cuenta en este momento con seguidores para hacerlo y para emular a Rosales. Días atrás, efectivos militares y policiales tuvieron que tomar la parroquia 23 de Enero y Petare para cumplir unas presentaciones chambonas, imaginariamente con el jolgorio de sus habitantes.

Esta verdad contrasta con las encuestas exhibidas y "compradas" por el oficialismo, se palpa a diario en la calle y en todos los ámbitos, Chávez no es un líder ya, no está en sintonía con las masas, cargado de grandes turbaciones, viendo diluido su ascendiente a pesar de contar con todos los recursos del Estado. Sostenido en el ventajismo reúne a militares en sus recintos mostrándose con su camisa roja, atuendo de "combate", ejerciendo en descarada ligadura, funciones de jefe de Estado y de candidato. Ofrece un mundo de reivindicaciones pretendiendo captar sus voluntades para la "revolución roja". Promesas empalagosas van y vienen, inaugura obras no acabadas y que fueron planificadas durante gobiernos anteriores. Desenfrenos que no logra controlar el oficialismo, en su elocuente debilidad ante las masas, siendo el rechazo cada vez mayor por su desfachatez. Es el Chávez apartado de la realidad y agresivo que, intenta mantenerse en el Gobierno en contra de la voluntad popular.

Seguidamente vienen las amenazas de José Vicente Rangel, "denunciando" a la oposición de activar un plan B, alegando que la FAN está supeditada al proyecto del régimen y preparados para defenderlo; y es el imperialismo yanqui quien nuevamente patrocina la conspiración. Pamplinas, señores del oficialismo, ustedes son los únicos conspiradores y los registros son palmarios. La disidencia venezolana paga su onerosa cuota de sangre, luchando para rescatar la libertad de este país, demostrando que los conspiradores no existen ni existieron en sus filas, son los intereses populares que se imponen y que ustedes no los reconocen.

Si estas elecciones no llegaran a realizarse o se enarbolara la violencia, sería responsabilidad exclusiva de quienes hoy detentan el poder, y que sin tener razón pretenden enquistarse en él, sometiendo al árbitro electoral para que no reconozca la futura victoria de Manuel Rosales. El plan único de la disidencia está en la defensa del voto, en el debate entre los candidatos. Cualquier desviación violenta será para obturar las vías pacificas.

El plan del pueblo venezolano es unívoco, aspiramos a vivir en democracia, en ella nos formamos civiles y militares. En la Venezuela vigente se contrajo el diálogo por la virulencia oficialista. Ábranse a la democracia si quieren ganar unas elecciones, sólo en ellas hallarán las rutas verdaderas, sin los planes B, fascistas e inherentes al mundo totalitario y nebuloso de las autocracias. El escenario está a la vista, nos corresponde votar para salvar la democracia, aunque el adversario anuncie como siempre su plan B, será el pueblo quien finalmente se imponga. Invariablemente su vigor fue mayor a cualquier plan artero, y capaz de pulverizar la más rígida de las dictaduras.

Francisco Alarcón
Diario 2001

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