es Colombia, aunque la FARC permanezca actuando sin ninguna figura
emblemática como en el pasado lo fue Camilo Torres, sin identificársele como
una corriente adscrita al "socialismo". Sus cruentas operaciones ya no
parecen una guerra por la libertad ni hay ninguna identidad ideológica que
la hermane con un movimiento de liberación auténtico.
Colombia es un modelo ejemplar en cuanto a sus instituciones autónomas, con
una larga tradición incuestionable para embarcarse en una candidatura
presidencial sin sellos definidos, y de emotividad palpable que la pudiera
conducir al despeñadero. Sin ánimos de descalificar a nadie, no creemos sea
el momento de correr una aventura, cuando el gobierno de Uribe necesita de
un relevo bien determinado y capaz de mantener el poder con sus políticas
precisas en defensa de la democracia en América, donde miramos y vivimos sus
quebrantos con los espectros "neorrevolucionarios" que acabaron con la
riqueza de los países que presiden o están en vías de hacerlo. Con una
"revolución cubana" aunque estertórea, pero que continúa desgarrando los
Derechos Humanos en el continente, no se puede estar arriesgando ni un
milímetro, por una mala vecindad, ni alojando al vecino perverso en nuestro
hogar haciéndole concesiones que éste luego no respetará. La política
internacional de Colombia es compleja igual que lo es la interna con décadas
de guerrillas, actuando sin que se haya encontrado una salida pacifica a
través de los intercambios humanitarios. La única solución que vislumbra la
FARC para Colombia sería su asunción al poder como sea y lo demás serían
puros ambages, cuestión demostrada a lo largo del tiempo con tratados y
gestiones perdidas. Uribe está claro en torno a este escenario y el pueblo
colombiano lo acompañó en todo momento y por eso no comprendemos, porqué de
repente piensan que un emergente pueda ser la evasiva de las dificultades.
Si lo que más afecta a los comerciantes e industriales son los roces con
Venezuela, lamentablemente éstos perdurarán en el tiempo hasta tanto no se
modifique la política exterior de Venezuela y haya un cambio de gobierno; de
no ser así haga lo que haga Colombia será ineficaz y subordinado a la
intemperancia de un sujeto.
Haber sido un buen alcalde de Bogotá en la complejidad de Colombia no es
suficiente para optar a la Presidencia, los tiempos han cambiado bastante
desde Gaitán para establecer una analogía. Es cierto que el candidato Mockus
repunta con fuerza y recibe adherencia de intelectuales y empresarios, pero
son ellos precisamente quienes reniegan más prontamente cuando los
candidatos no les cumplen, si eso pasare ya el daño estaría hecho y dentro
de las buenas normas democráticas tendrían que esperar que finalice el
período, si es que no se le ocurre cambiar la Constitución convocando una
"Constituyente" como en casos atípicos de otros lugares en la región, donde
los presidentes tienden a perpetuarse con democracias disfrazadas de
"socialismo".
Actualmente Colombia es uno de los pilares fundamentales en la lucha contra
el terrorismo y narcotráfico, de haber una modificación de línea política,
viendo los objetivos a corto plazo para restablecer parte de su comercio
internacional, podrían perderlo todo a la vuelta de un breve período. Este
país necesita de una secuencia de pensamiento y acción para consolidar sus
logros y al mismo tiempo reforzar en América una clara dirección democrática
e institucional.
Una candidatura "impresionante" y apurada pudiera llevar prontamente al
pueblo colombiano rumbo al fracaso, seguramente cambiarían los rostros en un
futuro Gabinete, brotando parte de los empresarios más afectados con las
limitaciones del comercio bilateral con Venezuela, los intelectuales que se
extasían por los cambios per se y los académicos que son arrastrados por
ellos, conduciéndoles a las tareas políticas que son inherentes a la
sociedad civil. La práctica y las hipótesis son cosas distintas a las
inspiraciones rocambolescas, aunque estén rebosadas de las mejores
intenciones y con la "amplitud" suficiente para que también se incluya a la
Sra. Piedad Córdoba como figurante de la paz. Precisamente la paz se
conquista con expresiones decididas y a veces duras y en este caso lo que
está en juego no sólo es Colombia sino el resto del continente. Por ello,
los colombianos deben estar ojo avizor ante las próximas elecciones y de su
responsabilidad histórica.
Francisco Alarcón
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