No y No

A un presidente que le niega toda la prosperidad a su pueblo, y se ha dedicado a malgastar el dinero de todos en compras estrambóticas y rimbombantes, hay que decirle ya basta, no más. A un presidente que ha permitido la mayor corrupción de nuestra historia hay que decirle no. A un
presidente que ha parcelado a los venezolanos entre buenos y malos, siendo los "buenos" sus seguidores, aunque cometan las mayores atrocidades y "malos" los ciudadano decentes aferrados en mantener una sociedad democrática, hay que decirle no. A un presidente que ha tirado en el
exterior el patrimonio de las arcas publicas, en francachelas y viajes hay que decirle no. A un presidente que quiere ser eterno, vitalicio y no piensa sino en su bienestar personal y de su cáfila, hay que decirle no.

Ya nos anunciarán oficialmente la fecha del referendo, dentro de la mayor coordinación" el CNE y la Asamblea Nacional, ordenado por Hugo Chávez para tratar de perpetuarse en la presidencia, al igual que lo hizo Fidel Castro; y a estas presunciones hay que decirle un no rotundo. Tendremos que estar preparados con todos los recursos concluyentemente para demostrar que, los venezolanos nos oponemos a un absolutismo disfrazado de democracia. En la calle hay que ratificar lo que fue negado ya el 2 de diciembre de 2007. Estas condiciones deben resultarle abominables al pueblo, incluidos los seguidores al oficialismo. El irrespeto a una decisión soberana tiene que ser vetado.

Para Chávez tendremos siempre un no, a menos que plantee su renuncia, esa sí se la admitiremos.
Cómo se va a revalidar o extender un mandato a un presidente que acabó con una nación, e indispuso a sus habitantes. ¿Acaso, se premia la alevosía y la mala voluntad?

Ese doble no, que utilizamos de título es repetido para un presidente que no debe continuar "gobernándonos", para un individuo que en vez de tratar de extender su régimen debía marcharse cuanto antes, para que los venezolanos podamos salvar algo de su desperdicio y comencemos la reconstrucción de la nación.

Para quienes han planteado su renuncia cuando pierda, estamos totalmente de acuerdo, pero primero debemos inflingirle la derrota flagrantemente, es necesario que vayamos a votar de manera multitudinaria; no es suficiente derrotarlo aritméticamente, sino con contundencia militante y presente; que se organice el mayor y mejor operativo para esta enmienda por parte de la oposición, que la gente de más edad salga a votar temprano y se reserven a los jóvenes para después de las tres de la tarde, cuando nos escamotean los votos y no quieren cerrar las mesas bajo el subterfugio de que hay gente en las colas. Llegando los autobuses con activistas del régimen a votar en los sitios donde están perdidos. Este detalle es tan importante como la
presencia y custodia del voto por parte de nuestros testigos de mesas. Tenemos que derrotar la barbarie, el vandalismo de diez años, la falta de honestidad, la delincuencia e inseguridad. Éste, será el reto en las próximas elecciones, un voto por Venezuela y sus valores, salgamos como
hormigas a votar por el no. Digámosles a esos falaces "revolucionarios" que no consentiremos más desmanes, que Venezuela está despierta y atenta contra los timadores del pueblo, contra los falsos Mesías.

No queremos aterrizar en un paraíso demoníaco al estilo Cuba, adonde comen completo únicamente los ricos capitostes de la revolución, y el pueblo lleva cincuenta años muriéndose de hambre. También Cuba antes de Castro fue un emporio económico sometido a una dictadura clásica, pero esa "revolución" no ha solucionado nada en cincuenta años. Trataron de hacerla ver como un paradigma de libertad y "País libre de América" pero hoy se sitúa entre los regímenes más ominosos del planeta.

Un no, a tiempo para triunfar, un no para derrotar el Castro comunismo, como decía Rómulo Betancourt, avizorador temprano de lo que seria el desastre de "la revolución cubana". No le siguió la corriente hipócritamente, a Fidel como lo hicieron algunos intelectuales y políticos latinoamericanos, y desde el comienzo le dijo: no es no.

http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=3305
Francisco Alarcón

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