¿Qué harán con tantas riquezas?

Que haran con tantas riquezas de Francisco Alarcón
Diario 2001/Noticiero Digital/ Venezuela Analítica

Igual ocurre con los seguidores o detractores del chavismo, hay cosas de incompresible exactitud con el “socialismo salvaje del siglo XXI”. ¿Lograrán los empresarios afectos al gobierno continuar adelante con sus proyectos? Será rentable un centro comercial de lujo en la Venezuela socialista? Hállase aquí las grandes cuestiones a responder para el colectivo venezolano que, ve con “naturalidad” impensada un comunismo, lleno de abalorios y de lujos capitalistas. Para qué tantas “riquezas” y cambios de nombres cuando todo es igual o peor que antes, qué harán en el futuro esos señores boyantes de concupiscencias, se irán del país llevando a cuestas sus vistosas edificaciones?

Es difícil entender al entorno oficialista, a la clase media adscrita a la administración pública, a los sectores más pobres, cuando se sienten beneficiados por el régimen; algunos mirando engordar sus ingresos en negociaciones fraudulentas. Transar con el régimen ha resultado fructífero para los grandes capitales, para los eternos e inconmovibles mercaderes.

Al Estado le sobran los vendedores y las fortunas fluyen rápidamente, incrementándose los porcentajes en las comisiones. La gente se sorprende con el volumen de vehículos nuevos, a pesar de sus elevados precios. Son sus dueños la clase media e individuos que antes no disponían para comprar un carro, además de los alabarderos del chavismo.

Venezuela no renace con estas riquezas y boatos, contrariamente muere, desfallece cuando sepulta su economía y la producción nacional tiende a desaparecer con importaciones cada vez mayores; señalaríamos insoportables a mediano plazo. Por supuesto, en ningún momento “sembramos el petróleo” estamos peor que antes, somos dependientes de una economía de puertos que, en cualquier instante fallará estruendosamente. Nuestro ingreso depende de los azares del petróleo, igual como subieron los precios podrían bajar sin aviso, y cuando eso ocurra el gasto público no podrá mantener los dispendios económicos.

Entonces, qué sucederá con esa inesperada fortuna que muestran nuestros mercaderes, cuándo disminuyan las importaciones, de dónde saldrán los alimentos? Es difícil de responder, será el tiempo de quiebre y de reflexión tardía, estará el país sepultado en las tinieblas, y los productores nacionales que lograron sobrevivir a la catástrofe del “socialismo del siglo XXI”, no podrán incrementar su producción. Se trancará el juego para el chavismo, viendo como se hunde su falacia socialista. Para el venezolano común, ocurrirá lo mismo habiendo o no compartido con el régimen malgastador. Recapacitar es importante para el presente, viendo la contradicción entre el comunismo y la libre competencia. Qué harán los comerciantes ricos obedientes al régimen, dónde irán a parar sus haberes en el momento de consumarse el socialismo del siglo XXI?

Conociendo esta incompatibilidad con los “vicios capitalista”, qué harán los boliburgueses de la V República con sus grandiosas inversiones, las trasladarán adónde, el lucro pecuniario les servirá para marcharse masivamente del país? El chavismo rico no comulga con el comunismo, no es un secreto, lo revelan las encuestas y lo asumen como una transición para regresar a la Venezuela capitalista. Los propietarios de las grandes cadenas comerciales cercanas al régimen no podrán permanecer amasando sus fortunas de consumarse el cambio de rumbos hacia el comunismo. Se esfumarían eternamente sus clientes y por ende sus entradas.

Siendo la pregunta que a diario se plantean los venezolanos, hacia dónde nos dirigimos con el “socialismo salvaje del siglo XXI”, pues habrá que definir el panorama apresuradamente. Los venezolanos somos pluralista con raíces democráticas, ajenos al comunismo. En sincretismo llegará el gran rompimiento, más pronto que tarde, el dinero no alcanzará para sostener a tantos corruptos civiles y militares; despertando de esta pesadilla la Venezuela pujante y honesta para evitar la debacle donde nos lleva el socialismo salvaje.


Francisco Alarcón

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