
No cabe la menor duda que el 2007 será para los venezolanos un año de incordios, con pagos forzosos de deuda y quién sabe que de cosas más traerá. Esto sucederá cuando el Gobierno empiece a financiar su gasto corriente con las reservas internacionales.
No hubo en la historia de la Humanidad un reino imperecedero, ni en la cima de la cultural, ni en la degradante decadencia. El imperio romano tras malas administraciones de la Dinastía de los Severos, sucumbió con las guerras civiles, hundiéndose la industria y el comercio. Son los filtros imperecederos que no permiten la perpetuación de nadie en el poder, pero con elevados costos para las naciones que, finalmente terminan postradas. Las bondades del petróleo fueron para los venezolanos causa de dichas y desdichas, con más de estas últimas, acabando siempre los periodos de bonanzas en crisis irreversibles, signadas por la devaluación de la moneda, inflación y deuda externa.
Venezuela actualmente en la mayor bonanza petrolera de su historia, vive su mayor fracaso, con un régimen infecundo, sórdido, con la fachada de una inverosímil revolución, ahogándose en la rapiña, mirando como avanza la pobreza en un periodo de exorbitantes ingresos. El petróleo “manda” en este país, sustentando al presidente. Sin petróleo no hay crecimiento económico, no hay carros nuevos, ni apariencias de prosperidad. Con la renta petrolera mal administrada y pésimamente encauzada, sin que podamos contabilizar un logro cierto del régimen u obra de edificación original. Eternizados los mismos problemas, escasez de viviendas, inversiones no rentables, beneficiando a los extraños, condonándose deudas como la de Nicaragua y sustentados por una economía de puertos. La industria nacional con nuevos “impuestos” y controles del Estado, casi en vías de extinción. Pretenden sustituirlas por cooperativas, experiencia de fracasos en todos los países donde se instauraron. La nación anda al garete, y todavía hay quienes no se convencen que, Venezuela, fatalmente va rumbo al comunismo, sin pataleos ni anestesia.
El venezolano se convirtió en un sumiso superviviente, sin más fueros que el día a día. Sale a la calle a “martillar” cualquier cosa que se le atraviese en el camino, los ingresos los malgastan entre juegos de caballos y loterías. La suerte loca los embarga, hay que “aprovechar” todo, hay mucho real en la calle, y le corresponderá a quien lo agarré. Así son las alboradas de algunos conciudadanos, con los oídos taponados y la vista perdida, abandonando el destino de Venezuela. Sola dejan a la Patria para que se defienda en su desgracia. El año que acaba de finalizar, estuvo marcado por el mayor gasto con cantidades ilimitadas de dinero en poder del público, con créditos blandos para todos, con facilidades especiales por tratarse de un año electoral; comerciantes, banqueros vieron incrementados sus ingresos sin importarles la ruina del país. Mucho dinero que buscar y poco que cuidar, los ahorros no existen, están trocados por los lujos innecesarios.
El Estado omnipotente es el dueño de todo, dueño de la suerte y cuitas de los venezolanos. El año pasado fueron favorecidos por la fortuna fortuita y dispendiosa, era el año de “relegitimarse” Chávez, si no lo lograba, no podría avanzar en su proyecto “magno” de la república socialista de Venezuela, donde el comunismo será la pauta. En cambio brusco comienza el año con la caída de precios del petróleo, nadie sabe con certeza lo que pasará, los avatares mundiales son impredecibles y los de Venezuela también. Se habla de nacionalizaciones, expropiaciones y de más impuestos que incluyen a todos los sectores, para el régimen llegó el momento de aplicar mano dura, para “sostenerse” en caso de una debacle petrolera, y los deudores helos ahí, con carros nuevos y oropeles que no se corresponden con el comunismo.
Pues amigos de la insensatez, prepárense porqué Venezuela entró en una nueva fase, donde tendrán que pagar todos y el 2007 será un año de saldos rojos, imprevisiones y de otras cosas más.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario