necesita de la presencia de sicarios para irrogar daños a personas y bienes.
Increíblemente aquí se ha pasado por encima a cualquier norma de decencia
para dirigirse a la población, se han violado los adjetivos y "groserías"
cuando se trata de ofensas y ellas vienen desde las más altas esferas.
Cualquier ciudadano está indefenso frente a estas agresiones de las cuales
puede salir muy mal parado o extinto. Venezuela hoy en día es una pocilga y
el lenguaje grosero se convirtió al uso frecuente y oficial. Los peores
denuestos son escuchados casi como cosa normal y de ellos no se han salvado
ni los jefes de Estado de otras naciones. La violencia es un hecho singular
y cotidiano, oyendo y viendo como se transmite todos los días en cadenas de
radio y TV. Antes cuando escuchábamos argumentos parecidos nos sorprendía,
pero ahora nadie se asombra cuando se acude a una jerga inherente a los
bajos fondos.
Se atenta contra el honor a mansalva, se despotrica en contra de cualquiera
sin ser cierto lo que se dice, sin que ocurra una sanción ni siquiera de
orden moral, cuando pudiera tomarse en otro sitio del planeta como una
aberración grave o un delito, pues aquí no, lo aceptamos habitualmente, como
si se tratara de ocurrencias y palabras sueltas al aire que no le hacen daño
a ninguno, y no es de esta manera, hay palabras que causan defunciones;
quien instiga al delito o a los ataques haciendo de las mentiras "verdades"
va más allá de sus consecuencias. O Venezuela se moraliza y la familia se
reivindica ante la chocarrería oficialista o terminaremos todos siendo
víctimas de estas afrentas. Pareciera no ser suficiente con haber quebrado
la nación en once años de malos oficios y corrupción. Fue un axioma para
quienes actuaron y utilizaron este lenguaje a través de la historia que
terminaran sepultados por él. Así actúa, como la ley de la gravedad, todo lo
malo que se lanza se devuelve a sus propios incitadores, nadie está exento a
este principio ni autorizado por ninguna jerarquía para estar vejando a
ciudadanos decentes y a quienes le venga en gana. Tampoco se puede utilizar
como arma política la arremetida oficial para acabar con dignidades, y las
autoridades no se dan por aludidas por ser camaradas de quien nos injuria,
entonces en algún momento la reacción popular pudiera actuar como la
"justicia divina" y devolver las cosas de donde vinieron para restablecer el
orden moral y constitucional.
Coexistimos en un estado de absurdos donde se castiga y persigue con saña la
eficiencia y se premia a los malandrines, donde nos racionan la luz y
penalizan a quienes la aprovechan para producir bienes necesarios sin que el
Gobierno haga nada para solucionar el problema de fondo. Si no fuera por las
providenciales lluvias, actualmente Venezuela estaría a oscuras. No hay
comida, escasean las medicinas y los productos de primera necesidad y sin
embargo se pierden toneladas de alimentos por la ineficiencia de la peor
administración de nuestra historia. Con toda esta reseña fuliginosa a
cuestas, se pretende cerrar las empresas privadas que si producen para
sostenernos. Es del conocimiento público cómo se encarcelan a quienes opinan
distinto al "parnaso comunista", como se escarmienta el disenso y se cierran
medios de comunicación.
Si continuamos por este camino inverso donde nos conducen los matreros
hablando de honor y moral, queriendo cambiar el panorama, trocando las
mentiras en verdades y convirtiendo a las víctimas en victimarios, nada de
lo que ocurra será extraño, tanto así, como para que ese verbo encendido e
incendiario mutile todas las libertades incitando al odio. Venezuela hoy por
hoy es el paraíso de lo irracional, donde nos conseguimos con más paradojas
a las ya descritas, donde toma legitimidad el hampa en proporciones
alarmantes y donde el ciudadano de a pie se encuentra desasistido de la
justicia y vapuleado cotidianamente por palabras que matan. Tanto es el
absurdo de lo que acontece que nada de raro tendría legalizaran la
antropofagia frente a la escasez de carne, por decir tan sólo un exabrupto
de quienes quieren ir en contra de las leyes vigentes, naturales y
económicas.
http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=4999
Publicado en Venzuela, Argentina, Estados Unidos y España
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