“EL DEMONIO anda suelto”

Pasarán muchos años para que Venezuela vuelva a ser lo que era, así lo dijo Gustavo Herrera en otra coyuntura histórica, pero la expresión no ha perdido vigencia sino tomado mayor fuerza. Quizás desde que la pronunció hasta ahora esté vigente.

 La nación es presa de la barbarie, está exánime de principios, los nomos del desastre la abrumaron. Requiere de atención inmediata y no hay quien lo haga, la visión país se perdió y se apoderaron de él los demonios que están arrasándola. Se trasmutaron los valores a seres casi irracionales, se parceló el país entre cretinos resentidos y gente sin valor para arrancar un proyecto decente. Esa palabra decencia se venía desvaneciendo en el discernimiento de los venezolanos pero hoy ya no existe. No se guardan las apariencias, las normas de convivencia, el venezolano es declinación como lo es Venezuela. Asumiéndole con resignación o complacencia, no lo sé. Pero somos un pueblo perdido, mirando a los demonios sin capacidad para darles respuesta. No tenemos comienzo ni fin, pareciera que no existimos en la realidad mundial, no somos un conglomerado sino la expresión de un sólo hombre, que vapulea con sus palabras a nombre de todos. Que acaba con la historia Patria caprichosamente, que impone sufrimientos a sus compatriotas con asiduidad y deleite. Su pasión, la venganza contra quienes en su mayoría nada le hicimos, sus deseos patrioteros rematar a Venezuela sin que tampoco le haya hecho nada.

 El demonio anda suelto, expresión dicharachera que toma vigencia en el día a día; cada alocución oficial es una nueva amenaza para la población, con cada medida que toman muere parte de nuestra existencia.

 A los que le dieron tantas riquezas, pronto se las quitarán. Serán ellos, los dolientes más exaltados, por haberse "equivocado", se cogieron los reales y se arrepentirán de su opíparo festín. Los demonios andan sueltos, no hay tierra exenta de su destrucción hasta que no hayan derribado todo vestigio productivo. Eso sucede aquí; allende de nuestras fronteras, Chávez gasta los últimos dólares en antesalas, en reconciliaciones y búsquedas de financiamientos. Sus correligionarios están confundidos, viendo toda la pasión derramada en su encuentro con Obama, la parodia con Bocelli, cantándole Granada en Miraflores. Tantos jalones de testículos en pos del dinero y de la "fama". Mientras desprecia a su pueblo, condenándoles a la pobreza. Más allá de esto, ora por su salvación y la de sus asociados y para eso es necesario tener recursos. Estos nuevos ricos necesitan más que el común de los venezolanos. La botadera de dinero fue tan resaltante que, ahora sumas inconmensurables se ven como poca cosa. La necesidad de recurrir al FMI es inminente, después que hablaron tantas sandeces de nuevo vendrán los paquetes económicos doblemente tasados por la "revolución" y por el FMI. Ridículo será si no devalúan, ridículo será cuando le suban la gasolina al pueblo y tantas cosas que aparecerán en perjuicio de las clases populares. El cambio ya lo hemos dicho repetidas veces, será brusco. Eso de pasar a ser pobre después de haber sido "rico" es desagradable, se acabó el tiempo de los ninis ricos, comenzó el adusto camino de los recortes, atrasos de pago, desmembramiento de las cooperativas.

Cero préstamos para ayudas sociales, demoras en desembolsos de pensiones y misiones. Los "registros" se revertirán en el corto plazo, y el amigo Eljuri desde la Dirección de estadística, tendrá que hacer augustos malabarismos para "convencer" a la gente de que aquí está disminuyendo el desempleo. El Banco Central se resquebraja ante el contrapeso en la balanza de pagos. En Pdvsa todo es deuda, el desgaste por la ineptitud llegó a la cima, no aguantaron un trimestre con la caída de los precios del petróleo. Aquí, venderán todo cuanto brille y ya comenzaron con el oro. Chávez está limpio y sabe que su tiempo se acorta. Abordando todas las posibles soluciones y rebuscando nuevas amistades como los chilenos. Es su mundo complejo y contradicho es malo ser rico pero no es malo robar.

 No ve la viga en su propio ojo sino la paja en el ajeno. Así es la "revolución" compadre, cuando se aproxima a su última etapa. 

Francisco Alarcón

 http://www.2001.com.ve/articulo_opinion.asp?registro=3754

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