¿Quién manda al carajo a quién?

Diario 2001/Noticiero digital/ Venezuela Analítica

En el último mitin de Hugo Chávez en la avenida Bolívar, nuevamente se puso en evidencia la improvisación, la poca convocatoria del comandante y su imaginario partido único. Tan escuálido e insignificante fue con sus asistentes traídos en su mayoría del interior que, aprovecharon su viaje a Caracas para conocer los centros comerciales “burgueses” y realizar sus compras, llenos de souvenirs y desencanto regresaron a sus natalidades, llevando el recuerdo imperecedero de lo que sería el país sin Chávez.

Cómo aprovecharían sus tiempos los viajantes obligados por la revolución, si en vez de ese viaje inusitado, fuera de solaz con el dinero producido en la patria prospera, administrando los ingresos petroleros como debe ser. Donde se gane el dinero con el sudor de la frente, honestamente; fructificando más que la breve y descolorida pasantía de horas en la ciudad capital, espejo de las bondades del capitalismo, a pesar de los destrozos cometidos durante ocho años por los adeptos del “proceso revolucionario”.

El comandante en este acto no reafirmó su condición de “líder” y como siempre brotó su “irracionalidad”, peleándose con todo el mundo, mandando al carajo a su misma desesperación. Topándonos con un Chávez solo, a quien no le quedó más remedio que lanzar sus imprecaciones, viéndose poco concurrido y sintiéndose abatido. Percatándose como el público le mandó al carajo, sumado a la inconstancia de sus seguidores. Sin necesidad de apelar a las encuestas, constatamos a diario como el rechazo popular creció contra el Presidente después del cierre de RCTV.

Más pudo el “ruego” de Eudomar Santos que las descalificaciones de Chávez contra el protagonista de “Por estas calles”. Perdió frente al histrionismo consagrado, y su truculencia no logró vencer ni siquiera a la ficción popular, simbolizada en estos actores de carne y hueso. Por fin la gente entendió quien es el culpable de lo sucedido en estos últimos ocho años. Hugo Chávez dijo cerraría a RCTV y así lo hizo, esta vez no hubo delegación alguna, sin intervenciones del Seniat ni de otro ente gubernamental.

Fue él y solamente él, quien lo causó y así lo asumió el pueblo, coartando la libertad y por eso la reacción de los estudiantes, sumándose a los periodistas e intérpretes de la novelas de RCTV, quienes sin enconos nos hicieron llorar, o simplemente nos produjeron hilaridad con sus advenimientos cómicos durante años. Fueron novelas que, más allá de eso, nunca les cercenaron la libertad a los venezolanos en términos reales.

Hállase aquí, la concreción de esa imagen comprometida con la responsabilidad de haber mandado y destruido el país. Hoy en día esta plenamente descubierto, el conglomerado sabe quien le despojó de sus novelas y libertad de expresión, pues Chávez, apartándoles de la bienandanza. Se rompió el encaje etéreo y apareció el autentico villano de la vida real, fundido en un solo personaje.

Este pueblo es quien manda al carajo a quien le roba su libertad, no es el mandatario de turno quien manda al carajo a nadie sin su consentimiento. Esta variación se produjo, y por ello, saltaron los estudiantes a la palestra pública con sus manifestaciones en resistencia autónoma y diferente. Estamos en tiempos de cambio para la sociedad venezolana. Se facilitó el primer paso para el nacimiento de una resistencia que irá incorporando a todos. Nace una posible vanguardia para las futuras luchas, tan vistosa que, ya le identifican con la generación del 28. Cuestión que el tiempo validará si logra mantenerse firme y sesuda tal como fueron los antecesores de 1928.

El cambio en Venezuela fue total en breves momentos, pareciendo aclararse muchas cosas soterradas, exponiendo valores olvidados; en el presente se conjugan dos alternativas de existencia, contrastando los ineptos servidores públicos con gente joven que, desea abrirse camino hacia el futuro en un país de oportunidades vedadas. Este acontecer es el comienzo de la redención hacia la libertad.

Francisco Alarcón

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