
2001/ND/Venezuela Analítica
De mantenerse firme la posición de Podemos, Partido Comunista de Venezuela y Patria Para Todos, los arcanos del “socialismo” comenzarán a descubrirse. Dejando de ser un “negocio” la incorporación al partido único propuesto por Chávez, y por ende ser chavista. Asumimos la decisión de los militantes de estos partidos, como la resurrección de una visión democrática dentro de la errática aquiescencia del socialismo del siglo XXI; mirando hacia al futuro deben terminar abandonando a Chávez. Recordemos que ellos se levantaron en democracia, participaron en democracia, y reconocen en ella las fuentes para cualquier cambio, ascenso de participación y acuerdo; nada de imposiciones dictatoriales con fines oscuros y personalistas. El partido único socialista para los venezolanos, definitivamente es el rumbo hacia una dictadura indecente. Es muy difícil unir para quien desunió el país, Venezuela atraviesa una de sus peores crisis, más allá de la separación política.
El sentido creado por Chávez para desarticular la nación se basa en el odio, nunca visto antes con tanta adicción en nuestros pasajes históricos. El odio lacerante, sin sentido que trata de mantenerlo vigente para proseguir en la destrucción de Venezuela; llevándonos a la ruina. Con igual “mensaje” busca el acercamiento de los pueblos hermanos que, comienzan con las prebendas, préstamos solidarios y ayudas para terminar haciéndoles sumisos y manejables. Ésta misma fue su técnica en nuestra patria, hoy increíblemente dividida, bajo el formato de un cambio social que, no descubre su rostro pero que destruye todo a su paso. Es la hora de las aclaratorias, no podemos seguir impertérritos frente al secuestro de la libertad, imponiendo el vetusto modelo comunista.
Los partidos únicos en la historia, fueron siempre demostración de dictaduras, materializadas en las brutales experiencias del fascismo y del estalinismo, siendo la negación de cualquier instrumento interactivo; unido a esto hallamos las pretensiones de Chávez con su reelección indefinida, constituyendo el cerrojo para una salida democrática, cuestión que ahora parece avizoran sus asociados. De que les serviría a ellos continuar de esta manera, cuando perderían toda identidad política y personal, y más nunca volverían a ser entes democratizadores, desaprovechando las autonomías que ofrece la libertad.
Presentemente, Chávez masculla su decepción, dando tiempo a recomponer su idea central, antagónica a la democracia, mientras los venezolanos desde distintas aceras le cierran el paso para la legalización de su dictadura personalista. Los espacios se obstruyen y las definiciones no pueden ser pospuestas. Todos sus recursos están dirigidos hacia su concepción individualista, ya no se conforma con el sometimiento de los poderes, los quiere todos y se vale de todo para lograrlo. Recurre a sus viejos argumentos del magnicidio; obstinados estamos los venezolanos de escuchar la tesis. Preguntándonos cuando oímos su “testimonio”, a quién podrá interesarle tan desatinado procedimiento, cuanto Chávez se encuentra en el umbral de su despedida dando traspiés por el mundo plasmando su fracaso. Venezuela no soporta más el desgarre de sus instituciones y la inmoralidad de un Gobierno desquiciado.
El continente también está acechado por las mismas fuerzas del mal que llevaron al más grande resentido de nuestros tiempos a la Presidencia de Venezuela. Será imposible detener su aislamiento, aún logrando victorias circunstanciales y utilizando el petróleo para su geopolítica. Celebramos que la disidencia despierte y se manifieste en todos los órdenes, poniendo en evidencia que no están dispuestos a legalizar una dictadura, escoltando la ruina moral y material de Venezuela.
El chavismo no puede estar satisfecho con un caporal que, pretende arrebatarles la identidad a sus militantes. Hugo Chávez saldrá de la misma manera como entró en las memorias de esta patria. Él es su mismo verdugo y contra él se devolverán sus propios atrevimientos.
De mantenerse firme la posición de Podemos, Partido Comunista de Venezuela y Patria Para Todos, los arcanos del “socialismo” comenzarán a descubrirse. Dejando de ser un “negocio” la incorporación al partido único propuesto por Chávez, y por ende ser chavista. Asumimos la decisión de los militantes de estos partidos, como la resurrección de una visión democrática dentro de la errática aquiescencia del socialismo del siglo XXI; mirando hacia al futuro deben terminar abandonando a Chávez. Recordemos que ellos se levantaron en democracia, participaron en democracia, y reconocen en ella las fuentes para cualquier cambio, ascenso de participación y acuerdo; nada de imposiciones dictatoriales con fines oscuros y personalistas. El partido único socialista para los venezolanos, definitivamente es el rumbo hacia una dictadura indecente. Es muy difícil unir para quien desunió el país, Venezuela atraviesa una de sus peores crisis, más allá de la separación política.
El sentido creado por Chávez para desarticular la nación se basa en el odio, nunca visto antes con tanta adicción en nuestros pasajes históricos. El odio lacerante, sin sentido que trata de mantenerlo vigente para proseguir en la destrucción de Venezuela; llevándonos a la ruina. Con igual “mensaje” busca el acercamiento de los pueblos hermanos que, comienzan con las prebendas, préstamos solidarios y ayudas para terminar haciéndoles sumisos y manejables. Ésta misma fue su técnica en nuestra patria, hoy increíblemente dividida, bajo el formato de un cambio social que, no descubre su rostro pero que destruye todo a su paso. Es la hora de las aclaratorias, no podemos seguir impertérritos frente al secuestro de la libertad, imponiendo el vetusto modelo comunista.
Los partidos únicos en la historia, fueron siempre demostración de dictaduras, materializadas en las brutales experiencias del fascismo y del estalinismo, siendo la negación de cualquier instrumento interactivo; unido a esto hallamos las pretensiones de Chávez con su reelección indefinida, constituyendo el cerrojo para una salida democrática, cuestión que ahora parece avizoran sus asociados. De que les serviría a ellos continuar de esta manera, cuando perderían toda identidad política y personal, y más nunca volverían a ser entes democratizadores, desaprovechando las autonomías que ofrece la libertad.
Presentemente, Chávez masculla su decepción, dando tiempo a recomponer su idea central, antagónica a la democracia, mientras los venezolanos desde distintas aceras le cierran el paso para la legalización de su dictadura personalista. Los espacios se obstruyen y las definiciones no pueden ser pospuestas. Todos sus recursos están dirigidos hacia su concepción individualista, ya no se conforma con el sometimiento de los poderes, los quiere todos y se vale de todo para lograrlo. Recurre a sus viejos argumentos del magnicidio; obstinados estamos los venezolanos de escuchar la tesis. Preguntándonos cuando oímos su “testimonio”, a quién podrá interesarle tan desatinado procedimiento, cuanto Chávez se encuentra en el umbral de su despedida dando traspiés por el mundo plasmando su fracaso. Venezuela no soporta más el desgarre de sus instituciones y la inmoralidad de un Gobierno desquiciado.
El continente también está acechado por las mismas fuerzas del mal que llevaron al más grande resentido de nuestros tiempos a la Presidencia de Venezuela. Será imposible detener su aislamiento, aún logrando victorias circunstanciales y utilizando el petróleo para su geopolítica. Celebramos que la disidencia despierte y se manifieste en todos los órdenes, poniendo en evidencia que no están dispuestos a legalizar una dictadura, escoltando la ruina moral y material de Venezuela.
El chavismo no puede estar satisfecho con un caporal que, pretende arrebatarles la identidad a sus militantes. Hugo Chávez saldrá de la misma manera como entró en las memorias de esta patria. Él es su mismo verdugo y contra él se devolverán sus propios atrevimientos.
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