
Podrá Chávez levantar su voz para el reconocimiento de su beligerancia, pero mal alcanzará su objetivo, el pueblo venezolano no le acompaña, ni sus instituciones legítimas se enfrascarían en una guerra injustificada. La disidencia poco se ha preocupado por la “guerra” conociendo los dislates del conductor de la “revolución”, que cada día se evapora más y él lo sabe. Tristemente el venezolano se ha acostumbrado al lenguaje soez y procaz que utilizan los oficialistas, sabiendo que la mayoría de las veces son puras necedades, pretendiendo inmovilizar a la disidencia. No creemos en esa guerra con Colombia, vemos el incidente como otra ficción con el fin de apartarnos de nuestra verdadera “guerra” por rescatar la democracia y sus valores.
Estamos en el advenimiento de unas elecciones regionales donde el panorama es incierto para el régimen, cuando declinan las simpatías hacia el “proceso”, cuando la nación va camino a la ruina, y las promesas se murieron, naufragando las misiones sociales, igual que los mercal centros de distribución alimenticios. Los módulos de barrio adentro padecen de idénticos malestares al resto de la atención médica pública, sin medicinas ni médicos, tienden a desvanecerse y como siempre el pueblo sigue desatendido. A esto, habría que agregar las incompetencias de un régimen que no sabe mandar, que nos condena al olvido viendo como las vidas se disipan. Todo desaparece o se cae y la responsabilidad es única e indivisible, correspondiéndole a su máximo dirigente. Semejante pasa con la guerra con Colombia, ¿quién acompañaría esta esquizofrenia?, pues opinamos que nadie, ni siquiera los fanáticos y mercenarios que le quedan a Chávez. La disidencia no ha mordido el anzuelo y se mantiene en el planteamiento que le atañe, rescatar la democracia, con incoherencia vemos arrancar los lanzamientos de candidaturas, se habla de una propuesta unitaria y no se concreta, sin embargo, pensamos que las bases se impondrán y llegaremos a ella, en su debido momento. La disidencia se aglutinará en torno a los candidatos de consenso.
Lo importante es que quienes pretenden desplazar al oficialismo se dieron cuenta que es en la calle donde se consiguen los adeptos. Los candidatos provengan de donde provengan ahora suben cerros y llegan a los confines antes vedados por “la revolución” y la gente de los barrios viendo el estruendoso fracaso de Chávez se acerca a oírlos; tratando de averiguar soluciones concretas al desabastecimiento y al alto costo de la vida. El 2 de diciembre fue un rudo golpe para el oficialismo, no sólo les mostró que si eran derrotables, también les dejó la huella de su fracaso y sus miserias. Poniendo al descubierto que la población de los barrios actualmente esta enterada de todo, de quienes son los ladrones, de quienes malbaratan el dinero proveniente de el petróleo, esos US$ 619 mil millones que no se vieron, en cualquier cerro o localidad lejana hay centros de comunicaciones, nuestros jóvenes conocen del acontecer y lo divulgan al resto de la ciudadanía. Están al corriente del juicio a Antonini y de la maleta voladora, que pronto arrojará resultados más contundentes y veraces que las ofensas de Chávez a nuestros vecinos, por ello, insistimos en que esa guerra no va, la lucha es aquí por nuestra libertad.
Francisco Alarcón
También publicado en Noticiero Digital, Venezuela Analítica y en España liberal